Amnistía Internacional presenta un informe en el que pone de manifiesto la ausencia de medidas por parte de las autoridades alemanas para investigar eficazmente los atroces asesinatos del NSU y dar protección adecuada a las personas refugiadas frente a los ataques racistas.
La investigación de los asesinatos perpetrados por el grupo Clandestinidad Nacionalsocialista (Nationalsozialistischer Untergrund, NSU) ha puesto de manifiesto lo arraigados que están los estereotipos racistas entre las agencias gubernamentales que se ocupan de estos casos. En el nuevo informe, Living in Insecurity: How Germany is failing Victims of Racist Violence, Amnistía Internacional documenta casos en que los propios familiares de las víctimas de asesinato fueron retratados como sospechosos. Los investigadores enfangaron la reputación de las personas asesinadas acusándolas de varios delitos y de tener estrechos vínculos con delincuentes.
Casi cinco años después del desenmascaramiento del propio NSU, las autoridades alemanas aún parecen resistirse a ver los ataques contra solicitantes de asilo y albergues de refugiados como lo que son: ataques racistas. El nuevo informe de Amnistía Internacional subraya las razones de que persistan estos problemas en el seno de la policía y el sistema acusatorio, así como las medidas que deben adoptar los encargados de formular políticas para que los delitos racistas se enjuicien debidamente.