BIELORRUSIA: SE TEME UNA REPRESIÓN INMINENTE, EL DÍA DE LA LIBERTAD, CONTRA MANIFESTANTES PACÍFICOS

Las autoridades bielorrusas deben garantizar que las concentraciones previstas en la capital, Minsk, y en otros lugares el 25 de marzo, Día de la Libertad, pueden llevarse a cabo sin verse obstaculizadas por el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía o por las detenciones arbitrarias de manifestantes pacíficos, como las que se han producido en las últimas semanas. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.

Se espera que este año la afluencia sea la mayor desde hace años, avivada por el descontento público a causa de un punitivo proyecto de ley contra los desempleados y de un notable descenso de los niveles de vida en Bielorrusia.

“Las autoridades bielorrusas deben cumplir sus obligaciones internacionales y reconocer finalmente que la protesta pacífica es un derecho fundamental. En la práctica, esto significa abstenerse de prohibir las concentraciones publicas, de usar la fuerza contra manifestantes pacíficos o de perseguirlos de cualquier otro modo”, ha manifestado John Dalhuisen, director de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.

“Las autoridades públicas deben dejar de presentar a los disidentes como una ‘quinta columna’, y en lugar de eso deben garantizar el derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica para todas las personas.”

La oleada de protestas pacíficas en las calles comenzó en Bielorrusia a mediados de febrero, después de que cientos de miles de habitantes del país recibieran notificaciones para el pago de un impuesto en virtud de un decreto presidencial destinado a terminar con el “parasitismo social”: en la práctica, un impuesto a los desempleados.

Aunque el presidente Alexander Lukashenko suspendió el decreto durante un año para “corregirlo”, las protestas se extendieron y, el 10, 11 y 12 de marzo, al menos 48 personas fueron detenidas en una ola de represión en toda Bielorrusia. Decenas de personas más han sido detenidas desde entonces. Muchas fueron multadas o recluidas durante hasta 15 días.

El 21 de marzo, el presidente Lukashenko acusó a las organizaciones “occidentales” de financiar las protestas para instigar “reyertas y derramamiento de sangre” en el país. También declaró que unos 20 “combatientes” habían sido detenidos por “preparar provocaciones armadas” para el 25 de marzo.