Tras el decreto ejecutivo emitido hoy por las autoridades turcas que ordena el cierre permanente de 375 organizaciones no gubernamentales (ONG) en aplicación de los poderes del estado de excepción, el director para Europa de Amnistía Internacional, John Dalhuisen, ha declarado:
“El cierre de casi 400 ONG es parte de un intento en curso y sistemático por parte de las autoridades turcas de silenciar permanentemente todas las voces críticas.
“Los cierres afectan a asociaciones de abogados que trabajan contra la tortura, organizaciones de derechos de las mujeres que gestionan refugios para sobrevivientes de la violencia en el ámbito familiar, organizaciones humanitarias locales que ayudan a personas refugiadas y desplazadas internamente, y destacadas ONG turcas que defienden los derechos de la infancia.
“Las autoridades deben permitir que las organizaciones de la sociedad civil continúen realizando su crucial labor sin temor a castigos o represalias. El trabajo de este tipo de ONG es especialmente vital durante la actual crisis para los derechos humanos de Turquía, donde el abuso flagrante de los poderes del estado de excepción proyecta una oscura sombra sobre una sociedad civil ya devastada.”