Más de 400 activistas, personas académicas y organizaciones de la sociedad civil — incluida Amnistía Internacional — firmaron una carta exhortando a los Estados de las Américas a garantizar que los planes de vacunación contra el COVID-19 garanticen el acceso universal y no discriminen a ninguna persona por ningún motivo, en particular a razón de su nacionalidad o estatus migratorio.
“Las Américas es la región del mundo con más personas contagiadas y fallecidas por el COVID-19, y solo podremos salir de esta crisis cuando todas las personas, sin importar su nacionalidad o estatus migratorio, tengan acceso universal a las vacunas,” dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
“Servirá muy poco aplicar la vacuna a algunas personas mientras otras estén a merced de contraer la enfermedad, manteniendo la presión sobre los sistemas de atención sanitaria e imponiendo todavía más dificultades al personal de salud que ha estado en la primera línea de atención. Todas las personas del planeta deben tener acceso a las vacunas contra el COVID-19 sin ningún tipo de sesgo.”
Recientemente, los presidentes de Colombia y República Dominicana han emitido declaraciones en las que han destacado que sus planes de vacunación solo garantizaban vacunas para residentes legales en sus países.
Las Américas albergan varios de los movimientos transfronterizos de personas más importantes del mundo, sea producto de la crisis de derechos humanos que se vive en Venezuela que ha expulsado a más de 5 millones de sus habitantes hacia todo el continente, la situación humanitaria en Haití que provoca el movimiento de cientos de personas hacia República Dominicana y otras islas del Caribe, o la situación de violencia generalizada, a la que se ha sumado desastres naturales asociados con el cambio climático en Centroamérica, propiciando que decenas de miles de personas de El Salvador, Honduras y Guatemala emprendan camino hacia el norte del continente.