- La investigación llevada a cabo por Amnistía Internacional verifica violaciones del derecho internacional humanitario
- Los ataques rusos podrían constituir crímenes de guerra
- Las afirmaciones rusas de que utiliza armamento de precisión son manifiestamente falsas
La invasión rusa de Ucrania se ha caracterizado por los ataques indiscriminados en zonas civiles y los bombardeos contra objetos protegidos tales como hospitales. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, tras documentar tres incidentes que, según cree, han matado al menos a seis civiles y han herido al menos a otros 12. Los ataques indiscriminados violan el derecho internacional humanitario (las leyes de la guerra) y pueden constituir crímenes de guerra.
“El ejército ruso ha mostrado un flagrante desprecio por las vidas civiles al utilizar misiles balísticos y otras armas explosivas con efectos en una amplia superficie en zonas densamente pobladas. Algunos de estos ataques pueden ser crímenes de guerra. El gobierno ruso, que afirma falsamente que sólo usa armamento de precisión, debe asumir la responsabilidad de estos actos”, ha declarado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
“Las tropas rusas deben dejar inmediatamente de lanzar ataques indiscriminados contrarios a las leyes de la guerra. El constante uso de misiles balísticos y otras armas explosivas de poca precisión que causan muertes y heridas de civiles es inexcusable.”
Ataques indiscriminados
El Evidence Lab, del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional, analizó datos digitales —incluidas fotos e imágenes de vídeo y de satélite— de tres de esos ataques lanzados en las primeras horas de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero. Los ataques tuvieron lugar en Vuhledar, Járkov y Uman.
En el ataque más mortífero documentado por Amnistía Internacional, lanzado aproximadamente a las 10.30 de la mañana, hora local, un misil balístico cayó cerca de un hospital en Vuhledar, región de Donetsk, en el este de Ucrania. Mató a cuatro civiles e hirió a otros diez. Según una fuente local que habló con el equipo de investigación de Amnistía Internacional, murieron dos mujeres y dos hombres, y entre las personas heridas había seis miembros del personal sanitario. Al analizar las fotos de los restos del proyectil vinculado al incidente, el investigador de armas de Amnistía Internacional determinó que en el ataque se había utilizado un misil balístico 9M79 Tochka. Estas armas son extremadamente imprecisas, y habitualmente fallan su objetivo por medio kilómetro o más; nunca deben utilizarse en zonas pobladas.
Otro de los ataques se llevó a cabo aproximadamente a las 8 de la mañana, hora local, en la región de Járkov, noreste de Ucrania. El objetivo probable era la cercana base aérea de Chuhuiv pero, en lugar de la base, el proyectil ruso alcanzó un edificio residencial: causó grandes daños por fuego y, al parecer, mató al menos a un civil e hirió al menos a dos mujeres, también civiles. El único cráter que dejó en el suelo entre los edificios de apartamentos indica que el proyectil era muy probablemente un único cohete o misil de gran tamaño.
En otro ataque ocurrido a las 7 de la mañana del 24 de febrero en Uman, región de Cherkasy, parece que un civil murió por un bombardeo que dañó también un restaurante cercano.
La Asamblea General de la ONU debe celebrar una reunión de emergencia
La verificación realizada por Amnistía Internacional del uso de ataques indiscriminados por parte de las fuerzas rusas en sus operaciones militares en Ucrania proporciona pruebas irrefutables de violaciones del derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos.
Está previsto que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reúna hoy para debatir la situación, y lo más probable es que Rusia vete cualquier resolución presentada por otros Estados miembros. Por ello, Amnistía Internacional pide que se celebre una reunión de emergencia de la Asamblea General de la ONU.
“Si el Consejo de Seguridad queda paralizado por el veto, es el momento de que intervengan todos los miembros de la ONU”, ha manifestado Agnès Callamard.
“Pedimos a la Asamblea General de la ONU que se reúna en una sesión de emergencia y adopte una resolución en la que denuncie el ataque ilegal de Rusia y pida el fin de todas las violaciones de derechos humanos y del derecho humanitario. Están en juego la vida, la seguridad y el bienestar de millones de civiles.”