Amnistía Internacional pide que se investiguen las filtraciones sobre “crímenes de guerra” y mayor protección a quienes denuncian irregularidades.
“Pienso que la transparencia del gobierno es un requisito fundamental para garantizar y proteger la libertad y la dignidad de todas las personas.” Chelsea Manning
La liberación de Chelsea Manning de una prisión militar estadounidense hoy, tras un largo retraso sobre la fecha prevista, pone fin a su castigo por revelar información clasificada, incluidos posibles crímenes de guerra cometidos por el ejército estadounidense, ha afirmado Amnistía Internacional.
“A lo largo del terrible calvario por el que ha pasado Chelsea Manning, miles de activistas de Amnistía Internacional de todo el país y del resto del mundo han hecho campaña sin descanso por la llegada de este día”, ha manifestado Margaret Huang, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Estados Unidos.
“Chelsea ha recibido un trato especialmente mortificante, dado que no se han exigido responsabilidades a nadie por los presuntos crímenes que ella puso al descubierto. Aunque celebramos su liberación, seguiremos pidiendo una investigación independiente sobre las posibles violaciones de derechos humanos que Chelsea sacó a la luz, y asimismo que se adopten medidas de protección para que ningún denunciante de irregularidades como Chelsea vuelva a sufrir semejante trato.”
Amnistía Internacional venía haciendo campaña en favor de la liberación de Chelsea Manning desde 2013, cuando fue condenada a 35 años de prisión. Se le impuso una pena de cárcel muy superior a las dictadas contra personal militar condenado por asesinato, violación o crímenes de guerra.
Además, la denunciante de irregularidades perteneciente al ejército estadounidense estuvo recluida durante 11 meses en condiciones de prisión preventiva que el relator especial de la ONU sobre la tortura calificó de trato cruel, inhumano y degradante. Fue sometida al régimen de aislamiento como castigo por un intento de suicidio, y privada de tratamiento adecuado en relación con su identidad de género durante su estancia en prisión.
Su caso formó parte de la emblemática campaña anual de Amnistía Internacional Escribe por los Derechos en 2014. Se emprendieron casi un cuarto de millón de acciones en todo el mundo para pedir su liberación.
En una carta que envió entonces a Amnistía Internacional, Chelsea Manning decía: “Apoyo el trabajo que hacen ustedes para proteger a las personas cuando se les niega la justicia, la libertad, la verdad y la dignidad. Pienso que la transparencia del gobierno es un requisito fundamental para garantizar y proteger la libertad y la dignidad de todas las personas.”
Tras varios años de campaña de Amnistía Internacional y otros, el ex presidente Barack Obama conmutó la condena de Manning antes de dejar el cargo en enero de 2017.
Esta semana, Amnistía Internacional ha presentado su nueva campaña global,Valiente, dirigida a resaltar el coraje de los y las activistas y denunciantes de irregularidades de todo el mundo, que corren graves peligros para poner al descubierto las violaciones de derechos humanos.
“El carácter vengativo del trato que han dado las autoridades estadounidenses a Chelsea Manning después de que revelara posibles actividades ilícitas del ejército es un triste reflejo de los extremos a los que suelen llegar quienes ocupan el poder para disuadir a otros de alzar su voz”, ha afirmado Margaret Huang.
“La liberación de Chelsea demuestra una vez más que el poder de la gente puede triunfar sobre la injusticia; un mensaje inspirador para los muchos activistas con coraje que defienden los derechos humanos en todo el mundo y son los protagonistas de Valiente‘, la nueva campaña global.”