La ejecución llevada a cabo en secreto esta mañana, tras un juicio flagrantemente injusto, del campeón de lucha Navid Afkari, sin que se le notificara previamente ni a él, ni a su familia ni a su abogado, es una espantosa parodia de justicia que necesita una acción internacional inmediata.
“Navid Afkari era un joven con un prometedor futuro por delante. Ejecutar su condena a muerte con un desprecio tan absoluto de los principios fundamentales de la justicia demuestra la crueldad de la pena capital. Una serie de jueces de diferentes tribunales utilizaron para condenarlo ‘confesiones’ forzadas obtenidas mediante tortura, y se negaron sistemáticamente a investigar sus denuncias de tortura.”
Diana Eltahawy, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
Antes de su ejecución secreta, Navid Afkari, de 27 años, fue sometido a una estremecedora serie de delitos y violaciones de derechos humanos, tales como desaparición forzada, tortura y otros malos tratos (que condujeron a “confesiones forzadas), y negación del acceso a un abogado y de otras garantías procesales.
“Este joven pidió desesperadamente ayuda ante el tribunal para recibir un juicio justo y demostrar su inocencia. Las grabaciones de voz de sus declaraciones ante el tribunal, que han sido filtradas, muestran cómo se ignoraron de forma ilegal y cruel sus súplicas a los jueces para que investigaran sus denuncias de tortura y llamaran a testificar a otro detenido que había presenciado su tortura”, ha manifestado Diana Eltahawy.
Antes de su ejecución, se difundió desde el interior de la prisión otra grabación de voz en la que Navid decía: “Si me ejecutan, quiero que se sepa que una persona inocente, a pesar de que intentó que la escucharan y peleó con todas sus fuerzas para tratar de conseguirlo, fue ejecutada.”
“Habida cuenta de la impunidad que prevalece en Irán, instamos a la comunidad internacional, incluidos los órganos de derechos humanos de la ONU y los Estados miembros de la UE, a que emprendan acciones enérgicas mediante intervenciones públicas y privadas”, ha manifestado Diana Eltahawy.
“Lamentamos el reiterado uso que las autoridades iraníes hacen de la pena de muerte, un uso que les ha granjeado la vergonzosa posición de estar constantemente entre los verdugos más prolíficos del mundo. No hay justificación para la pena de muerte, que es el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante, e instamos a las autoridades iraníes a que procedan a su abolición”.