Desde Amnistía Internacional, queremos expresar nuestro apoyo y solidaridad con Claudia Nahuelhual Cayuqueo, y nuestro más profundo repudio por la brutal agresión de la que fue víctima.
Lamentablemente, su caso no es el primero, recordemos que en enero recién pasado, Dila Vera fue asesinada en un crimen de odio de similares características. La violencia contra las personas transgéneras y transexuales es una realidad que deben vivir en el más completo desamparo.
Casos como el de Claudia Nahuelhual marcan con triste nitidez la diferencia entre “expresar una opinión” y expresar odio. Sin embargo, cuando se trata de violencia psicológica o simbólica, esa que las personas con Identidad de Género diversa viven día a día, la claridad se difumina, sólo queda el dolor y la impotencia ante la impunidad.
Todas y cada una de las personas tenemos el derecho a desarrollarnos plenamente, pero para esto, el Estado debe entregar todas las garantías para que así sea. Exhortamos entonces a las autoridades a que se impulse el Proyecto de Ley que da Protección a la Identidad de Género, manteniendo y respetando las recomendaciones de los Principios de Yogyakarta, así como el cumplimiento cabal de todos los Tratados Internacionales a los que el Estado de Chile ha suscrito.