Arkansas ha ejecutado hoy a Ledell Lee, el primero de los cuatro presos que está previsto ejecutar antes de que las existencias de inyección letal del estado caduquen al final del mes. Se trata de la primera ejecución llevada a cabo en el estado desde 2005. En los recursos finales de apelación de Lee se había solicitado una prueba de ADN que podría haber demostrado su inocencia, pero se rechazó.
Un informe publicado este mismo mes por Amnistía Internacional ha mostrado que, por primera vez desde 2006 y sólo por segunda vez desde 1991, Estados Unidos no se encuentra entre los cinco países que más ejecuciones llevan a cabo en el mundo. El número de ejecuciones (20) de 2016 fue el más bajo registrado anualmente desde 1991. El número de ejecuciones ha descendido cada año desde 2009, excepto en 2012, cuando la cifra no varió.
“Hoy es un día vergonzoso para Arkansas, que ha precipitado sin piedad el proceso judicial tratando a seres humanos como si tuvieran fecha de caducidad”, ha señalado James Clark, director de campañas de Amnistía Internacional Estados Unidos.
“Mientras que otros Estados están llegando cada vez más a la conclusión de que el sistema de la pena capital es inaceptable, Arkansas avanza en la dirección contraria. Hay que detener esta cadena de producción de ejecuciones y que poner fin de una vez por todas a esta pena cruel e inhumana.”
La Corte Suprema del estado de Arkansas ha permitido seguir a adelante con una sucesión de ejecuciones que se habían suspendido temporalmente esta semana. Arkansas había programado originalmente ocho ejecuciones en un plazo de 10 días, porque sus existencias de inyección letal caducan a final de mes. Cuatro de ellas quedaron suspendidas antes de la decisión de hoy. Las órdenes de ejecución de Bruce Ward y Don Davis han expirado ya, y la suspensión de las ejecuciones de Stacey Johnson y Jason McGehee se mantiene.
Pueden encontrar esta declaración en: https://amnestyusa.org/news/press-releases/arkansas-kills-prisoner-in-first-of-horrific-spate-of-executions