Azerbaiyán y Armenia deben proteger a la población civil en la línea de combate de Nagorno Karabaj

Amnistía Internacional pide a todas las partes en el conflicto de la región secesionista azerbaiyana de Nagorno Karabaj que respeten plenamente el derecho internacional humanitario y protejan a la población civil de los efectos de las hostilidades. El 27 de septiembre, estallaron fuertes combates entre Azerbaiyán, por un lado, y Armenia y las fuerzas de Nagorno Karabaj apoyadas por Armenia, por otro, en relación con la disputada región de Nagorno Karabaj.

Azerbaiyán anunció una operación militar de “contraofensiva” a lo largo de toda la línea de combate de Nagorno Karabaj, según afirmó, en respuesta a un bombardeo de las fuerzas armenias, mientras Armenia y las autoridades de facto de Nagorno Karabaj declaraban la ley marcial y la movilización militar.

Según informes, decenas de personas han perdido la vida en ambas partes y la cifra de muertes aumenta mientras continúan los enfrentamientos. Aunque las fuentes indican que la mayoría de las bajas han sido militares, todas las partes han informado de muertes y heridas de civiles. Según el Ministerio de Defensa azerbaiyano, varias ciudades y pueblos civiles, incluida la capital de la región, Stepanakert/Khankendi, sufrieron un bombardeo de artillería la madrugada del domingo 27 de septiembre. Desde las redes sociales de Armenia se difundieron también fotos y vídeos que mostraban supuestamente el bombardeo de Stepanakert/Khankendi y sus alrededores. Las autoridades de facto de Nagorno Karabaj informaron de que el bombardeo de las fuerzas de Azerbaiyán en la región de Martuni de Nagorno Karabaj había causado la muerte de dos civiles, una mujer y una persona menor de edad, mientras que otras dos personas también civiles habían resultado heridas; además, habían sido atacadas escuelas.

El 29 de septiembre, una persona que ejercía de portavoz del Ministerio de Defensa armenio difundió un vídeo en Facebook en el que supuestamente se veía un autobús civil en la ciudad armenia de Vardenis atacado desde un vehículo aéreo no tripulado (dron) azerbaiyano, ataque que causó la muerte de una persona civil.

El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán ha informado de que varias personas civiles han muerto o sido heridas y que la infraestructura civil ha resultado dañada como consecuencia del intenso bombardeo de las fuerzas armenias a varios pueblos de la línea de combate, como el llevado a cabo en la población azerbaiyana de Terter, en el sur de Nagorno Karabaj. que causó supuestamente la destrucción de varias casas civiles el 28 de septiembre, y el bombardeo de la región azerbaiyana de Dashkesan el 29 de septiembre. Según los informes, después de tres días de hostilidades, diez civiles murieron y 30 resultaron heridos. Amnistía Internacional no ha podido verificar aún de forma independiente los informes de muertes de civiles ni determinar las circunstancias en las que se produjeron.

Los informes indican también que el gobierno de Azerbaiyán ha limitado el acceso a Internet en todo el país. Según el Ministerio de Comunicaciones azerbaiyano, las restricciones tienen como fin prevenir las provocaciones. Activistas azerbaiyanos dijeron a Amnistía Internacional que las autoridades han bloqueado la mayoría de las redes sociales y que sólo está disponible actualmente el acceso limitado por VPN.

Los servicios de seguridad azerbaiyanos también detuvieron e interrogaron al activista y ex preso de conciencia Giyas Ibrahimov en su apartamento después de que publicara posts en Facebook en los que criticaba las hostilidades. Fue puesto en libertad el mismo día sin cargos tras ser interrogado en el edificio del Servicio de Seguridad del Estado. Amnistía Internacional pide a las partes del conflicto que respeten plenamente el derecho internacional humanitario, y en concreto, la prohibición de los ataques directos contra civiles y bienes de carácter civil, y de los ataques indiscriminados. Las fuerzas armadas deben asimismo tomar todas las precauciones posibles para evitar daños a la población civil y a bienes de carácter civil. Esto significa que no deben usar armas explosivas con efectos en una amplia superficie, como la artillería, en las proximidades de concentraciones de civiles.

Las denuncias de violaciones del derecho internacional humanitario deben ser investigadas exhaustivamente y quienes las perpetren han de rendir cuentas de ellas. Además, Armenia y Azerbaiyán siguen vinculados por sus obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional de los derechos humanos y no deben usar el conflicto como pretexto para imponer restricciones arbitrarias a estos derechos. Los informes de que las autoridades de Azerbaiyán han cortado el acceso a Internet en todo el país son profundamente preocupantes, pues sería una medida desproporcionada y violaría el derecho a la libertad de expresión.

Más preocupante aún es la detención arbitraria de Giyas Ibrahimov como represalia por sus opiniones pacíficas contra la guerra, que viola su derecho a la libertad de expresión. Amnistía Internacional también insta a la comunidad internacional a que observe la situación y haga todo lo posible para garantizar que las dos partes en el conflicto respeten el derecho internacional humanitario y den prioridad absoluta a la protección de la población civil.

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

Azerbaiyán y Armenia siguen protagonizando un conflicto sobre la región de Nagorno Karabaj, la mayoría de cuya población es de etnia armenia, que declaró unilateralmente la independencia de Azerbaiyán en 1991 y que, hasta la fecha, no está reconocida internacionalmente. El conflicto en la región, que comenzó en 1988 y duró hasta la década de 1990, se ha cobrado la vida de decenas de miles de personas y ha causado el desplazamiento de miles más, en su mayoría de etnia azerbaiyana. Las autoridades locales de facto de Nagorno Karabaj, que tienen el respaldo de Armenia, mantienen el control del territorio del distrito de Nagorno Karabaj y de siete distritos azerbaiyanos circundantes desde la entrada en vigor de un frágil alto el fuego en 1994.

Ha habido numerosos incidentes de hostilidades y escaramuzas tanto en Nagorno Karabaj como, recientemente, en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán. En abril de 2016, cuatro días de combates en la región de Nagorno Karabaj causaron la muerte de centenares de personas de ambas partes, entre población civil y fuerzas militares. La última escalada de hostilidades en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, el 14 de julio de 2020, se saldó con al menos 16 muertes.