Brenda Sandoval: “Hacen falta activistas, personas que quieran cambiar las cosas, nunca van a sobrar”

“Hacen falta activistas, personas que quieran cambiar las cosas, nunca van a sobrar”,

Brenda Sandoval, Coordinadora del Equipo de feminismos y géneros de Amnistía Internacional Chile.

Brenda llegó a Santiago de Chile hace apenas unos años, en 2018. Viene de la ciudad de Chaco (norte de Argentina, frontera con Paraguay), “la segunda provincia más pobre del país” donde comenta “se ve mucho la desigualdad social”. Partiendo de aquí, Brenda explica cómo vivir en este entorno la hizo migrar a Chile con muchas expectativas: “ver y vivir la desigualdad era algo que siempre me chocó y me llamó la atención”. El origen de su activismo fue justamente esto, la desigualdad. 

La desigualdad como detonador del activismo

“Mi activismo estuvo presente desde siempre, pero en calle fue más de grande y empezó con el feminismo y el rescate de animales, al ver las desigualdades”. Partió involucrándose en la lucha feminista de Argentina en el 2017 durante la campaña por la despenalización del aborto. Pero no siempre fue así: “antes de eso era muy cerrada a estas cuestiones”

“Fue gracias a esta campaña que empecé a investigar sobre Amnistía Internacional, no estaba en mi provincia, pero les seguía por redes sociales y me gustó mucho el trabajo que hacían”, relata Brenda.  Lucha que hoy día confirma sus frutos, pues gracias al activismo de Brenda y de miles de personas más,  Argentina ha logrado que el Proyecto de Ley por el aborto legal pase a la Cámara de Diputados/as.

“Esto me interpela, esto me interesa, esto quiero hacer”

Tras el primer contacto como ciberactivista en Argentina, lo tuvo claro: “esto me interpela, esto me interesa, esto quiero hacer”. Es así que al llegar a Santiago de Chile decide acercarse al movimiento.  Escribió un mail, acudió al ‘Taller de Bienvenida’ y entró directa a colaborar con dos equipos: Diversxs y Educación en Derechos Humanos (EDH).

En el proyecto Diversxs encontró su lugar: “Venía de una ciudad pequeña y al llegar a Santiago me sentí fuera de lugar todo el tiempo. Pero aquí encontré un espacio súper lindo. Además con la posibilidad de formarme en las diversidades sexuales. Aprendí mucho. Fue amor a primera vista”, cuenta emocionada y agradecida. “Encontré un grupo humano hermoso que me enseña algo nuevo todo el tiempo”.

Por otro lado, su participación en EDH le llevó a tocar temas de feminismos, impartir talleres relacionados a migración así como ver y conocer las diferencias y desigualdades. “Formándome dentro de Amnistía Internacional le pude dar más sentido a eso que no entendía, en referencia al sesgo migratorio entre nacionalidades sin ningún motivo real”. Y también le permitió sembrar un cambio en otres, ¿cómo? “A través de mis redes sociales, interrogar a mi entorno, a las personas que me rodean y plantearles este tipo de cosas”. Al final, el cambio empieza en una para después multiplicarse, así funciona el activismo. 

Feminismos y géneros: ha nacido un nuevo equipo

“¿Cómo hacer para empezar a trabajar con un enfoque más feminista?” Esta fue la pregunta que se hicieron Brenda y otras activistas del movimiento. En encuentros en los pasillos, en los almuerzos y actividades siempre surgían temas de conversación en relación al feminismo. Y, ¿cuál fue la respuesta? “¡Creemos un equipo!”. Después de un año de trabajo, con el estallido social y la pandemia de por medio, nace finalmente este nuevo equipo de activismo bajo el nombre ‘feminismos y géneros’. Y Brenda queda a cargo de su coordinación. “Todo lo que he hecho en Amnistía Internacional desde que ingresé ha sido valioso.  El trabajo que hicimos para formar el equipo, me nutrió un montón; me acercó a otras personas”

El equipo actualmente se encuentra en proceso de formación a través de talleres internos autogestionados y colectivos para poder generar un trabajo interseccional. “Lo sentimos muy necesario, se necesita perspectiva de género y educación en todos los ámbitos”. Además, están trabajando, entre otras cosas, en una reflexión sobre las oportunidades que se abren ante la nueva constitución y cómo integrarlas a este nuevo contexto poniendo los derechos humanos en el centro. 

“…se necesita perspectiva de género y educación en todos los ámbitos”

Brenda cuenta cómo su acercamiento al feminismo nace de su experiencia personal ante situaciones de violencia de género. “Antes no lo denominaba violencia de género, sino relaciones violentas”. Estas experiencias la llevaron a leer e informarse en busca de respuestas. “Sabía que había situaciones que no quería que se repitieran, el feminismo me dio fuerzas”. 

Cuando nos unimos, nuestro poder y humanidad se incrementa

Ser activista implica tiempo, compromiso y constancia. ¿Qué hace que una persona se lance a este viaje? Brenda ha podido experimentar en carne propia los cambios que se logran, así como Chile en este último año de protestas durante el estallido social: “La unión logró algo histórico acá en Chile, lo hemos visto y lo hemos vivido. La gente saliendo a la calle e informándose logró que se esté por cambiar la constitución, ahí una se da cuenta de lo importante que es llevar a la acción los pensamientos, actuar cuando una ve que algo está ‘mal’”, expresa enérgica y rotunda. Para Brenda, la clave del activismo está en interrogarse a una misma: “¿qué puedo hacer yo para mejorar?”. No es oro todo lo que reluce, “hay cansancio, desánimo, a veces ansiedad… “pero cuando ves el cambio te das cuenta que merece la pena y todo el esfuerzo que una le pone”, porque sí, “los cambios existen”

Cuantas más personas haya haciendo presión más probabilidades hay de generar un cambio, mayor creatividad, perspectivas, etc. No existe otra manera de hacer las cosas que actuando. Indignándose y mirando no se logran muchas cosas. Es querer involucrarse por un cambio real. Hacen falta activistas, personas que quieran cambiar las cosas. Nunca van a sobrar”.