Covid-19: Las empresas farmacéuticas han de hacer cambios estructurales para garantizar que el mundo resiste a futuras pandemias

Las empresas farmacéuticas con más ingresos —Pfizer, Moderna, Merck y Johnson and Johnson— han concluido su Asamblea General Anual sin aprobar resoluciones concebidas para facilitar la distribución universal de las vacunas contra la Covid-19, hecho sobre el que Tamaryn Nelson, asesora de salud de Amnistía Internacional, ha manifestado:

“Durante los tres últimos años, quienes capitanean las grandes farmacéuticas han visto multiplicarse sus ingresos mientras que la población de los países de ingresos bajos y medios-bajos sigue teniendo dificultades para acceder a medicamentos vitales. Si bien se deben reconocer sus esfuerzos para desarrollar rápidamente vacunas contra la Covid-19, es evidente que, hasta el día de hoy, las empresas farmacéuticas no han cumplido con su responsabilidad en materia de derechos humanos de garantizar el acceso igualitario. ¿Por qué los inversores no les exigen rendir cuentas?”

“En la carrera para desarrollar vacunas vitales se dejó atrás a la población de los países de ingresos bajos, y la asignación mundial de las vacunas contra la Covid-19 pasará a la historia como uno de los peores ejemplos de desigualdad mundial. Tres años después, siguen sin realizarse grandes cambios. Mientras que, según informes, Pfizer y Moderna se están planteando cuadruplicar el precio de las vacunas contra la Covid-19 en algunos países, sólo el 25% de la población de los países de ingresos bajos ha recibido la pauta completa de vacunación y millones de personas siguen sin recibir ninguna dosis.”

“La Asamblea General Anual de este año representaba una oportunidad para que las grandes farmacéuticas se enmendaran y demostraran que cuando se adoptan políticas centradas en el acceso global, la asequibilidad, la transparencia y la rendición de cuentas, los países tienen mejores bazas para hacer frente a una crisis de salud mundial. Pero, una vez más, las empresas farmacéuticas continúan situando el beneficio por encima de las personas y los inversores no les exigen rendir cuentas.”

“De nuevo, los inversores institucionales no han aprobado la resolución presentada por Oxfam América, en la que se insta a encargar informes de accionistas sobre la transferencia de tecnología para fabricar vacunas contra la COVID-19 a fin de que fabricantes de países de ingresos bajos y medios-bajos puedan producirlas.”

“Es hora de que los inversores se aseguren de que estas empresas realizan cambios estructurales con efecto inmediato a fin de garantizar que el mundo resiste a futuras pandemias colectivamente, sin dejar a nadie atrás.”