Global: LA ONU debe respetar los derechos humanos en su lucha contra el antisemitismo

A view of the flag of the United Nations that flies in front of UN Headquarters in New York. With its white emblem on a light blue field, the flag symbolizes the union of all people in search of a permanent, durable peace.

Amnistía Internacional se ha sumado a una coalición de organizaciones de la sociedad civil que pide a las Naciones Unidas que no respalde ni adopte la propuesta de definición de antisemitismo que se ha empleado para reprimir las críticas a las violaciones de derechos humanos cometidas por las autoridades israelíes. En una carta abierta, las 104 organizaciones han instado a la ONU a garantizar que sus iniciativas esenciales para combatir el antisemitismo no alientan ni avalan políticas y leyes que menoscaben los derechos humanos.

La ONU está elaborando un plan de acción para dar una “respuesta coordinada y reforzada al antisemitismo basada en los derechos humanos”. Algunos Estados miembros de la ONU han defendido que, como parte de este plan, la ONU adopte la definición práctica de antisemitismo, jurídicamente no vinculante, propuesta y adoptada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA). Numerosas personas expertas en estudios antisemitas y judíos, así como grupos de derechos humanos palestinos, israelíes e internacionales, han cuestionado la definición de la IHRA, que se ha utilizado para silenciar el debate y las críticas sobre historial de derechos humanos del gobierno israelí.
“La elaboración de un plan integral para abordar el antisemitismo en el mundo es fundamental. Pero si la ONU adoptara o respaldara la definición de la IHRA, los derechos humanos de la población palestina y el derecho a la libertad de expresión en el mundo correrían un serio peligro. La definición de la IHRA se ha instrumentalizado en numerosas ocasiones para reprimir las críticas legítimas a las políticas del gobierno israelí tildándolas falsamente de antisemitas”, explicó Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“Si la ONU adopta o respalda la definición de la IHRA, alentará a los gobiernos a restringir las críticas legítimas a las políticas del gobierno israelí y silenciará las peticiones cada vez más numerosas de que se ponga fin al sistema de ‘apartheid’ que Israel impone a la población palestina. Tachar de antisemitas las críticas justificadas al historial de derechos humanos de Israel también menoscaba la lucha contra el antisemitismo real. Pedimos a la ONU que garantice que sus iniciativas fundamentales para combatir el antisemitismo respetan, protegen y promueven los derechos humanos.”
La definición práctica de la IHRA está acompañada por una lista de lo que la IHRA describe como “ejemplos contemporáneos de antisemitismo”. Pero algunos de ellos están redactados de un modo que han llevado a tildar de antisemita discursos críticos legítimos, plenamente protegidos por la libertad de expresión en virtud del derecho internacional. La carta pone de relieve dos de los ejemplos:
“Negar a la población judía su derecho a la autodeterminación, p. ej. alegando que la existencia de un Estado de Israel es un empeño racista”; y “Aplicar un doble rasero al exigir [a Israel] un comportamiento no esperado ni exigido a ningún otro país democrático”.
La carta documenta el uso reiterado de estos ejemplos, incluso por gobiernos y universidades, en denuncias falsas de antisemitismo dirigidas contra voces críticas con las políticas del gobierno israelí con respeto a la población palestina.
La coalición subrayó dos definiciones de antisemitismo alternativas presentadas desde 2021: la Declaración de Jerusalén sobre el Antisemitismo, respaldada por cientos de especialistas en antisemitismo y estudios judíos, del Holocausto y de Oriente Medio; y el documento Nexus, elaborado por un grupo de trabajo vinculado al Bard College y la Universidad del Sur de California. Estas definiciones alternativas ofrecen orientación sobre los contornos del discurso y de la acción legítimos con respecto a Israel y Palestina, y se prestan menos a ser empleadas para silenciar el debate y el activismo.
Información complementaria
La carta abierta está dirigida al secretario general de la ONU António Guterres y al subsecretario general Miguel Ángel Moratinos. Moratinos ostenta el cargo de Alto Representante para la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas, y en 2020 fue designado responsable de la ONU para la vigilancia del antisemitismo.
Entre las organizaciones signatarias figuran Amnistía Internacional y Human Rights Watch; organizaciones palestinas como Al Haq y Al Mezan; organizaciones israelíes como B’Tselem y Breaking the Silence; y numerosos grupos judíos nacionales a internacionales como Jewish Voice for Peace and Jewish Network for Palestine.