Grecia: El tribunal debe considerar la motivación racista de la agresión a una mujer romaní

189796_Paraskevi_Kokoni (1)Si el tribunal de Messolonghi, localidad del oeste de Grecia, no tiene en cuenta la motivación racista de la brutal agresión sufrida por una mujer romaní y su sobrino se cometerá una negación de justicia, ha manifestado Amnistía Internacional en vísperas del inicio, el 4 de noviembre, del juicio de tres hombres acusados de causar lesiones corporales graves durante una agresión hace dos años.

En octubre de 2012, Paraskevi Kokoni y su sobrino Kostas, que tiene una discapacidad de aprendizaje, recibieron una paliza a manos un grupo de hombres que los agredieron cuando hacían la compra en Etoliko, localidad del oeste de Grecia. Su hijo, de 11 años, no pudo hacer nada, más que ver cómo les daban patadas y puñetazos y los golpeaban con palos. Paraskevi ha contado a Amnistía Internacional que se fijaron en ella por ser pariente de un líder romaní local. La agresión se produjo en el contexto de una serie de violentos ataques racistas cometidos contra familias romaníes en dicha localidad entre agosto de 2012 y enero de 2013.

“Para Paraskevi y su sobrino, la justicia ha tardado mucho en llegar, y no será completa si el tribunal no tiene en cuenta los sólidos indicios de motivación racista de la agresión, algo de lo que la policía hizo claramente caso omiso durante la investigación”, ha señalado Fotis Filippou, director adjunto en funciones del Programa de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.

“El tribunal que conoce de la causa debe reconocer plenamente que la agresión tenía una intención basada en el odio, pues de este modo indicará de manera rotunda que el racismo y la discriminación no se van a tolerar y contribuirá a proteger a la comunidad romaní de toda Grecia de nuevos ataques.”

Los delitos motivados por el odio son una forma de discriminación, y la justicia exige que los tribunales tengan plenamente en cuenta los motivos de odio por que se cometen. Es esencial que el fiscal presente ante el tribunal todos los indicios de que esta agresión formaba parte de una serie de ataques de motivación racial contra habitantes romaníes de Etoliko.

Paraskevi ha explicado a Amnistía Internacional que, en octubre de 2012, cuando pasaban por la plaza mayor de Etoliko, un hombre que estaba sentado en una cafetería los señaló al darse cuenta de que ella era cuñada de un líder romaní local. Entonces salieron precipitadamente de la cafetería seis o siete hombres y los agredieron.

Antes de esta agresión se habían producido tensiones entre la comunidad romaní y otros habitantes de la localidad, y ella había sido víctima ya allí en una ocasión de una serie de violentos ataques perpetrados contra viviendas romaníes por grupos de personas que coreaban lemas y proferían amenazas contra la comunidad romaní. Los ataques no habían cesado, y muchas familias romaníes habían huido de sus hogares debido a los constantes actos de intimidación y violencia, en los que se han incendiado viviendas.

“Sólo espero que quienes me atacaron sean declarados culpables y castigados por lo que me hicieron”, ha dicho Paraskevi a Amnistía Internacional.

Hace años que existen en Grecia disposiciones jurídicas contra los delitos motivados por el odio que cumplen formalmente la legislación de la Unión Europea (UE), con arreglo a la cual debe reconocerse debidamente en la ley y en los tribunales la gravedad de los motivos racistas y xenófobos. Sin embargo, no suele tenerse en cuanta en las investigaciones la posible existencia de motivos de odio, y raras veces presentan los fiscales indicios de ella en los tribunales.

“El sistema de justicia griego no tiene debidamente en cuenta los delitos motivados por el odio. Esta situación tiene que cambiar. La policía, los fiscales y los jueces deben tomar conciencia de su obligación de investigar con diligencia los delitos de odio y garantizar que no quedan impunes”, ha afirmado Fotis Filippou.