HUNGRÍA: TRIBUNAL DE APELACIÓN ORDENA JUZGAR DE NUEVO A UN HOMBRE DECLARADO CULPABLE DE “TERRORISMO” POR ARROJAR PIEDRAS

Tras ordenar un tribunal de apelación húngaro celebrar un nuevo juicio en la causa contra Ahmed H., sirio condenado a 10 años de prisión por cometer un “acto de terror” durante unos enfrentamientos con los guardias de fronteras ocurridos en la frontera serbio-húngara, Todor Gardos, investigador de Amnistía Internacional sobre Hungría , ha manifestado:

“Es un paso importante en el camino de la justicia para un hombre cuya absurda sentencia condenatoria estuvo basada en la aplicación manifiestamente indebida de disposiciones sobre terrorismo.

“La decisión de hoy es una clara indicación de que el tribunal de primera instancia no examinó bien las pruebas contra Ahmed H y sugiere que podría haber sido declarado culpable erróneamente.

“Arrojar piedras no puede equiparse en realidad a un acto de terrorismo, y el nuevo juicio brindará la oportunidad de garantizar que la legislación contra el terrorismo deja de utilizarse de forma indebida como en este caso.

“No hay razón para que Ahmed H continúe en prisión preventiva. Debe ser puesto en libertad y sometido a un juicio justo sin demora.”

Información complementaria

En agosto de 2015, Ahmed dejó a su familia en Chipre para ir a ayudar a sus ancianos padres y a otros seis familiares a huir de Siria y buscar seguridad en Europa. Un mes después se encontraron atrapados junto con cientos de personas refugiadas más en la frontera húngara, al haber vallado la policía el paso fronterizo con Serbia.

Al intentar algunas personas refugiadas cruzarlo, estallaron enfrentamientos. La policía húngara respondió con gas lacrimógeno y un cañón de agua, causando lesiones a decenas de personas. Algunas personas lanzaron piedras, entre ellas Ahmed. No obstante, las imágenes aparecidas en las noticias muestran también claramente que Ahmed utilizó un megáfono para pedir a ambos bandos que mantuvieran la calma.

Por este incidente, un tribunal húngaro lo declaró culpable de un “acto de terror”, en aplicación de la extremadamente imprecisa legislación húngara contra el terrorismo, y lo condenó a 10 años de prisión.

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