Indonesia: Autoridades del Estado, cómplices en ataques contra la minoría religiosa ahmadí

Las autoridades del Estado han sido cómplices en agresiones colectivas contra la minoría religiosa ahmadí en Lombok Oriental (Nusa Tenggara Oriental) que se han saldado con seis viviendas destruidas y han obligado a decenas de personas a huir de sus pueblos, ha declarado hoy Amnistía Internacional Indonesia.

La organización ha llegado a esta conclusión tras entrevistar a personas ahmadíes residentes en los barrios afectados de Montongtangi y Gerengeng. Estas describieron cómo funcionarios del Estado, incluidos agentes de policía, trataron de obligarlas a “volver a la verdadera enseñanza del islam” y les advirtieron de que, en caso contrario, se las iba a matar. Los ahmadíes son un grupo religioso que se considera a sí mismo musulmán. No obstante, la legislación indonesia y la mayoría de los musulmanes de Indonesia no los reconocen como parte del islam.

“Este es un claro ejemplo de un Estado que participa en la discriminación y la violencia contra una minoría religiosa. Hay personas que han visto sus hogares destruidos y sus pertenencias saqueadas por negarse a abandonar sus creencias”, ha afirmado Usman Hamid, director ejecutivo de Amnistía Internacional.

“El gobierno de Indonesia debe garantizar que estos incidentes se investigan y que los responsables —incluida cualquier autoridad implicada— comparecen ante la justicia. Se deben adoptar medidas concretas —tales como cambios en la legislación, decretos, políticas y prácticas— para proteger de la discriminación, la violencia y los desalojos forzosos a comunidades minoritarias como la ahmadí. Las personas deben poder practicar su fe sin discriminación y sin miedo.”

Las entrevistas llevadas a cabo por Amnistía Internacional Indonesia revelan que, antes de los ataques del 19 y 20 de mayo en la localidad de Gereneng, autoridades de distrito, agentes de policía, personal militar y agentes del servicio de inteligencia habían tratado de “convertir” a la fuerza a seis ahmadíes residentes en la localidad de Montongtangi.

Este ciclo concreto de persecuciones contra la población ahmadí comenzó el 6 de mayo, tras una reunión de líderes comunitarios, funcionarios y clérigos invitados por el jefe de la población, en la que se decidió que las creencias ahmadíes eran “desviadas” y que las personas ahmadíes debían ser expulsadas de Lombok Oriental. El jefe de la población ordenó a los subjefes iniciar una persecución contra los presuntos ahmadíes.

Al día siguiente se registraron casas, y los ahmadíes nos han contado que los llevaron ante clérigos locales y los “purificaron”. El 8 de mayo, unos clérigos visitaron la vivienda de un hombre ahmadí en la que vivía con su esposa y sus suegros, que no son ahmadíes. Los clérigos hablaron con los suegros sobre la “desviación” ahmadí, como ellos la llamaban, y advirtieron al hombre de que se le obligaría a divorciarse de su esposa si no abandonaba sus creencias.

A Amnistía Internacional se le dijo que, el 11 de mayo, este hombre fue convocado junto con otros cinco ahmadíes a una reunión con líderes comunitarios, clérigos, el jefe del distrito, agentes de policía, personal militar y agentes del servicio de inteligencia. Allí se dijo a los seis hombres que debían convertirse al islam para evitar que cientos de habitantes de la zona los agredieran. Posteriormente, algunos lugareños que trataban de defender a los ahmadíes fueron agredidos e intimidados por multitudes.

Una de las víctimas contó a Amnistía Internacional que el jefe de la población había dicho: “Si realmente sois ahmadíes, los ahmadíes son comunistas. Si es verdad que sois ahmadíes, entonces la gente, incluidos clérigos, vendrá a purificaros y la muchedumbre vendrá a atacarlos.”

Tras verse obligados a acudir a una comisaría de policía cercana para evitar a una multitud enfurecida, una víctima informó de que la policía había dicho a estos seis hombres que los iban a matar si no abandonaban sus creencias. Al no estar dispuestos a hacerlo, no les quedó más opción que huir de Montongtangi.

Las personas entrevistadas por Amnistía Internacional informaron de que un agente de policía había dicho: “La gente me pide que os juzgue, no podéis ir a casa, si vais, os matarán.”

Al parecer, el incidente en la localidad de Montongtangi “inspiró” a la población de Gereneng a realizar una ofensiva similar el 19 de mayo contra los ahmadíes en la que una muchedumbre destruyó seis casas y obligó a 24 ahmadíes —entre ellos 10 menores de edad, 2 hombres y 4 mujeres, una de las cuales estaba embarazada— a acudir a una comisaría de policía cercana.

Una víctima contó a Amnistía Internacional que ese mismo día un funcionario del Estado los visitó en la comisaría de policía y les advirtió de que debían “convertirse al islam”, y les dijo: “¿Sois musulmanes? Si lo sois, ¿por qué os hicisteis ahmadíes? Si seguís declarándoos musulmanes, tenéis que abandonar vuestras creencias ahmadíes.”

Una sobreviviente del ataque que vivía en la localidad de Gereneng contó a Amnistía Internacional Indonesia que ella y su padre tuvieron que huir en su automóvil a la casa de un familiar tras recibir información de que una muchedumbre iba a destruir las viviendas de los ahmadíes en el pueblo.

“Sólo pude ver desde lejos cómo destruían mi casa. Los lugareños usaron bambú y palos para destruir las casas de los ahmadíes en mi pueblo. También se llevaron joyas de mi casa.”

La policía local, los mandos militares y funcionarios del gobierno del distrito de Lombok Oriental organizaron una reunión de mediación y decidieron reubicar a los ahmadíes en un refugio temporal. El jefe de la policía local ha prometido abrir una investigación sobre los ataques.

“En vista de que, al parecer, la policía local no sólo no impidió estos ataques y desalojos forzosos claramente ilegales, sino que también los facilitó e intentó “convertir” a la fuerza a personas ahmadíes, la investigación debería llevarla a cabo un organismo independiente, y no la policía. Debe respetarse y protegerse el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión de todas las personas, de todos los credos, y en todo momento”, ha sostenido Usman Hamid.

Información complementaria

Miembros de la comunidad ahmadí han sufrido discriminación, intimidaciones y amenazas en varias zonas de Indonesia, sobre todo porque el gobierno, a través de un Decreto Ministerial Conjunto conocido como “SKB”, considera sus enseñanzas “desviadas”.

Amnistía Internacional pide a las autoridades de Indonesia que garanticen que cualquier daño contra la propiedad se repara e indemniza, y que se permite a los miembros de la comunidad ahmadí regresar a sus hogares y barrios tan pronto se hayan llevado a cabo las reparaciones, y que se los protege vigorosamente frente a toda persecución, incluidos la violencia directa y los intentos de “conversión”.