IRAK: LAS AMENAZAS PARA LA SEGURIDAD NO DESAPARECERÁN CON LAS EJECUCIONES

SpeicherIrakAIChileLa ejecución de 36 hombres ayer en Irak marca un alarmante aumento del uso de la pena capital por las autoridades para responder a las graves amenazas en materia de seguridad que se ciernen sobre el país; así lo ha afirmado hoy Amnistía Internacional.

Los hombres fueron declarados culpables de la masacre de 1.700 cadetes –perpetrada en el campamento militar de Speicher, cerca de Tikrit, en junio de 2014– tras un juicio colectivo plagado de irregularidades que sólo duró unas horas y se basó en “confesiones” obtenidas mediante tortura.

“Estas ejecuciones masivas marcan un escalofriante aumento del uso de la pena capital en Irak”, ha manifestado Lynn Maalouf, directora adjunta de investigación de la Oficina Regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“Una y otra vez, Amnistía Internacional ha recalcado que las familias de las víctimas tienen derecho a la verdad y ha pedido justicia por las atrocidades cometidas por el grupo armado autodenominado Estado Islámico. Pero ejecutar a unos hombres que fueron obligados a “confesar” mediante tortura y privados de una oportunidad adecuada para defenderse no es justicia.

“Apoyarse en las ejecuciones para hacer frente a los problemas de seguridad en Irak es una equivocación absoluta. Así no se abordan las causas originarias de los mortales atentados; sólo se consigue perpetuar el ciclo de violencia. La pena de muerte es la máxima expresión del castigo cruel, inhumano y degradante, y no existen pruebas verosímiles de que sea más eficaz que una pena de prisión para disuadir de la comisión de los delitos.

Sólo a través de juicios exhaustivos, justos y transparentes podrán obtener justicia las víctimas de ataques mortales y sus familiares.

Amnistía Internacional había planteado el caso de Speicher en una reunión celebrada en Bagdad el 4 de agosto de 2016 con el Comité Especial de la Oficina de la Presidencia establecido el año pasado para acelerar las ejecuciones, y había pedido expresamente al presidente que no ratificara las condenas a muerte de estos hombres.

La organización pide a las autoridades iraquíes que declaren de inmediato la suspensión oficial de las ejecuciones con vistas a la abolición de la pena capital. Hasta su abolición, el Parlamento debería eliminar la pena de muerte de la legislación iraquí y respetar todas las normas internacionales aplicables al uso de la pena de muerte.

Uno de los hombres ejecutados “confesó” que había matado a 60 cadetes en el campamento militar de Speicher después de ser amenazado con la violación de su esposa y sus hermanas. Además fue golpeado con cables y sometido a descargas eléctricas. Imágenes de vídeo muestran cómo el hombre recibe puñetazos en la cara durante el interrogatorio y “confiesa” en la televisión iraquí mostrando un hematoma bajo el ojo derecho. Aunque después se retractó de su “confesión” ante el tribunal, según los abogados ésta fue utilizada para justificar la sentencia de culpabilidad. El tribunal no ordenó una investigación independiente sobre las denuncias de tortura formuladas por él y otros acusados.

Información complementaria

En febrero de 2016, 40 personas fueron declaradas culpables de la matanza de Speicher. El 31 de julio se confirmó la sentencia para 36 de los hombres, y el presidente de Irak ratificó las ejecuciones el 14 de agosto.

Las presiones políticas y públicas sobre las autoridades iraquíes para acelerar las ejecuciones han ido en aumento, sobre todo tras el mortífero atentado cometido el 2 de julio en el distrito comercial bagdadí de Karrada, que se cobró la vida de casi 300 personas.

Tras el atentado, el Ministerio de Justicia anunció que se habían llevado a cabo siete ejecuciones los días 4 y 5 de julio, y afirmó que había hasta 3.000 personas condenadas a muerte.

Asimismo, el 12 de julio se aprobaron enmiendas al Código Penal iraquí que ponen más trabas a la celebración de un nuevo juicio cuando el acusado ha sido condenado a muerte.

En lo que va de año se han llevado a cabo al menos 81 ejecuciones en Irak, y al menos 123 personas han sido condenadas a muerte.