LA UNIÓN EUROPEA DEBE REFORZAR DRÁSTICAMENTE UNA PROPOSICIÓN DE LEY QUE GARANTICE QUE LOS MINERALES UTILIZADOS EN CELULARES Y COMPUTADORES PORTÁTILES NO FOMENTAN LOS ABUSOS

In July 2014, residents found a rich seam of cobalt ore running underneath their neighbourhood. Since the discovery hundreds of mines have been dug by artisanal miners in the neighbourhood. May 2015

Los gobiernos de la Unión Europea (UE) deben reforzar drásticamente una proposición de ley destinada a garantizar que los minerales utilizados en teléfonos móviles y computadores portátiles no fomentan los abusos contra los derechos humanos en el mundo, ha declarado una coalición de organizaciones de la que forma parte Amnistía Internacional.

Las instituciones de la UE inician hoy las conversaciones sobre la nueva ley en Estrasburgo. El Parlamento Europeo ha respaldado firmemente unas propuestas que obligarían a las empresas europeas a hacer comprobaciones que reduzcan el riesgo de que sus proveedores comercien en lo que se conoce como “minerales de zonas de conflicto”.

Pero los gobiernos de la UE sólo quieren comprobaciones voluntarias que son más débiles que las normas internacionales acordadas por ellos mismos.

Existen razones sólidas para creer que los beneficios derivados del comercio de minerales de zonas de conflicto con empresas europeas han financiado a grupos armados y desembocado en violaciones de derechos humanos en países afectados por conflictos.

“Lo que proponen los gobiernos europeos ya ha fracasado de lleno a la hora de detener el comercio de minerales de zonas de conflicto cuyos beneficios pueden utilizarse para financiar a grupos armados que infligen una violencia insufrible a las comunidades locales”, afirmó Iverna McGowan, directora de la Oficina de Amnistía Internacional ante las Instituciones Europeas.

“Sólo una ley firme y de preceptivo cumplimiento puede garantizar a la ciudadanía de la UE que no está comprando productos que fomentan a diario abusos graves contra los derechos humanos.”

El reciente informe de Amnistía Internacional titulado This is what we die for muestra que las comprobaciones voluntarias no sirven para impedir que importantes empresas de electrónica fabriquen productos con cobalto extraído por niños y niñas trabajadores. De aprobarse las regulaciones voluntarias que propone el Consejo Europeo, las normas europeas irían a la zaga de las de Estados Unidos, China y varios países africanos.