Marruecos: La intimidación de una dirigente del movimiento de protesta Hirak, Nawal Benaissa, debe terminar

Las autoridades marroquíes deben anular el fallo condenatorio contra Nawal Benaissa, manifestante pacífica del movimiento Hirak que ha sufrido reiterados actos de intimidación y acoso simplemente por defender los derechos de personas residentes en la región del Rif, en el norte del país; así lo ha afirmado Amnistía Internacional la víspera de la vista de su apelación.

La defensora de los derechos humanos fue enjuiciada por comentarios publicados en Facebook entre junio y agosto de 2017 en los que pedía a los residentes de la provincia de Alhucemas que se sumaran a las protestas y criticaran el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad.

Participar en manifestaciones pacíficas no es delito, como tampoco lo es alzar la voz para exigir respeto a los derechos humanos. La sentencia condenatoria de Nawal Benaissa es un claro intento de intimidarla para que guarde silencio y de criminalizar su activismo y su papel en el movimiento Hirak. Las autoridades deben anular este fallo y la pena impuesta, y retirar de inmediato todos los cargos en su contra”, ha manifestado Heba Morayef, directora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

Nawal Benaissa fue detenida en cuatro ocasiones entre junio y septiembre de 2017, y ha sufrido intimidación y acoso a manos de las autoridades en repetidas ocasiones desde entonces. Mientras estaba detenida, las autoridades le exigieron que cerrara su cuenta de Facebook, que contaba con más de 80.000 seguidores, y así lo hizo.

El 15 de febrero de 2018 se le impuso una condena condicional de 10 meses de prisión y una multa de 500 dirhams (unos 50 dólares estadounidenses) por “participar en una manifestación no autorizada”, “insultar a agentes encargados de hacer cumplir la ley” e “incitar a la comisión” de delitos.

Nawal Benaissa es la víctima más reciente de la represiva campaña de Marruecos contra el movimiento Hirak, en la que al menos 400 manifestantes han sido detenidos y procesados”, ha dicho Heba Morayef.

“En lugar de intimidar y acosar a personas críticas como Nawal Benaissa simplemente por expresar su opinión discrepante, las autoridades marroquíes deberían garantizar la liberación de todos los manifestantes pacíficos, defensores y defensoras de derechos humanos, activistas y periodistas que están bajo custodia simplemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión y reunión pacífica.”

Nawal Benaissa se convirtió en una de las portavoces más prominentes del movimiento de protesta Hirak tras la detención de su líder Nasser Zefzafi en mayo de 2017.

“No podía aceptar cómo se trataba a la gente de mi región. Como madre de cuatro hijos preocupada por su futuro, comprendía muy bien las razones que impulsaban a aquellos hombres y mujeres jóvenes a manifestarse para reclamar justicia social y un nivel de vida decente”, explicó a Amnistía Internacional.

“Cuando Nasser Zefzafi y otros activistas empezaron a reunirse y crearon el movimiento Hirak, sentí la necesidad de unirme a él para que mi voz se escuchara. Dejé la cocina y salí a la calle para reclamar derechos humanos universales.”

Amnistía Internacional pedirá a cientos de miles de sus miembros y simpatizantes en todo el mundo que actúen en favor de Nawal Benaissa como parte de su mayor campaña anual de derechos humanos, Escribe por los Derechos, que comenzará el 29 de noviembre.

Información complementaria

El movimiento Hirak, de la provincia de Alhucemas —región del Rif, norte de Marruecos, de habla bereber—, nació a raíz de la muerte del pescadero Mouhcine Fikri, aplastado por un camión de basura en octubre de 2016 cuando intentaba recuperar el pescado que le habían confiscado las autoridades locales. Su muerte desencadenó las protestas socioeconómicas conocidas como “movimiento Hirak”.

De mayo a julio de 2017, las fuerzas de seguridad marroquíes detuvieron y procesaron a cientos de manifestantes, entre los que había decenas de niños y niñas. Además, defensores de los derechos humanos como Abdessadak el Bouchattaoui, abogado de Hirak, fueron condenados a prisión en juicios que distaron de cumplir las normas internacionales sobre juicios justos.

Durante ese periodo, las autoridades prohibieron varias manifestaciones y emplearon fuerza excesiva sistemáticamente contra quienes se manifestaban. El manifestante Imad el Attabi murió en agosto de 2017 debido a las lesiones en la cabeza que había sufrido en las manifestaciones celebradas en Alhucemas el mes anterior. Las autoridades dijeron que estaban investigando las circunstancias en que había resultado herido, pero hasta la fecha no han hecho públicas sus conclusiones