Países nórdicos: Sobrevivientes de violación se unen para acabar con la impunidad de los violadores y acceder a la justicia sin obstáculos  

A pesar de figurar entre los primeros países del mundo en cuanto a igualdad de género, cuatro países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia) tienen unos índices de violación preocupantemente altos, y sus sistemas de justicia están fallando a las sobrevivientes de violencia sexual”, afirma Amnistía Internacional en un informe que ha hecho público hoy.

Time for Change: Justice for rape survivors in the Nordic countries revela que una legislación deficiente y unos mitos nocivos y unos estereotipos de género generalizados han desembocado en la impunidad de los violadores en toda la región.

“Es una paradoja que los países nórdicos, que tienen un sólido historial de apoyo a la igualdad de género, tengan unos índices tan escandalosamente altos de violación”, dijo Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional.

“El estigma social y la falta de confianza en el sistema de justicia hacen a menudo que las mujeres y niñas no denuncien las agresiones y que quienes sí lo hacen se encuentren con unos sistemas de justicia insensibles y sesgados o con unas leyes desfasadas. Una sobreviviente nos dijo que nunca habría denunciado su violación si hubiera sabido cómo iban a tratarla, y su historia es típica de unos sistemas de justicia desfavorables para las sobrevivientes de violación”.

Aunque la situación que afrontan las sobrevivientes de violación no es uniforme en los cuatro países nórdicos, hay paralelismos inquietantes entre ellos, pues sus sistemas de justicia penal ignoran, niegan y toleran tácitamente la violencia contra las mujeres.

Un primer paso hacia la protección de las mujeres y niñas de la violación es la adopción y aplicación efectiva de leyes sobre la violencia sexual basadas en el consentimiento, y se han producido algunos avances recientes en esta área. Aunque, de momento, Suecia es el único de los cuatro países nórdicos que ha aprobado una ley basada en el consentimiento, Dinamarca ha anunciado hace poco que apoya este tipo de legislación y, en Finlandia, el ministro de Justicia prepara una reforma completa de las leyes sobre delitos sexuales que aspira a “reforzar el papel del consentimiento”.

Definición de violación basada en la violencia y la incapacidad

Según el Convenio de Estambul, tratado de derechos humanos ratificado por todos los países nórdicos, la violación y todos los demás actos de naturaleza sexual no consentidos deben ser considerados delito. Sin embargo, las leyes de Finlandia, Noruega y Dinamarca siguen sin definir la violación sobre la base de la ausencia de consentimiento. En vez de ello, utilizan una definición basada en si hubo violencia física, amenazas o coacción, o en si se determina que la víctima fue incapaz de oponer resistencia debido, por ejemplo, a que estaba dormida o fuertemente intoxicada.

La premisa implícita, en la ley o en la práctica, de que la víctima dio su consentimiento porque no se resistió físicamente es sumamente problemática, pues especialistas en la materia reconocen que la “parálisis involuntaria” y el “bloqueo” son respuestas fisiológicas y psicológicas muy habituales a la agresión sexual.

Esta insistencia en la resistencia y la violencia en vez de en el consentimiento afecta no sólo a las denuncias de violación, sino también a la sensibilización en general sobre la violencia sexual, aspectos ambos que son esenciales para prevenir las violaciones y abordar la impunidad. La definición no abarca todos los casos de violación, por lo que algunos no pueden ser castigados como violación.

Finlandia

Algunas sobrevivientes dijeron a Amnistía Internacional que habían tenido experiencias positivas y de apoyo por parte de la policía y el sistema de justicia. Otras han contado que la ausencia de comprensión era reflejo de unos mitos profundamente arraigados sobre la violación y la sexualidad femenina que repercuten de forma directa en el acceso a la justicia.

En una preocupante sentencia de un tribunal de distrito analizada por Amnistía Internacional, un juez absolvió a los procesados en un caso de perpetradores múltiples afirmando: “El hecho de que una pareja sexual diga ‘no, no quiero’ antes del encuentro sexual o entre dos encuentros no siempre es señal suficiente para la otra persona de que no hay presencia de consentimiento y voluntad de continuar la relación sexual”.  

Sobreviviente entrevistadas calificaron el proceso de estresante, aterrador y estigmatizante, con independencia del resultado de la causa. Una sobreviviente dijo a Amnistía Internacional: “En el juicio pensé, y le dije a mi abogado, que si hubiera sabido cómo iba a ser esto, nunca habría denunciado la violación”,

Noruega

Las autoridades noruegas no han tomado las medidas necesarias para prevenir la violación y otras formas de violencia sexual ni para abordar las consecuencias cuando se cometen esta clase de delitos. Los mitos predominantes y erróneos sobre la violación dificultan que las víctimas de violación la denuncien a la policía o busquen ayuda médica. También influyen en la forma en que el sistema de justicia penal maneja los casos de violación.

Las actitudes de muchas personas del sistema de justicia están sustentadas en estereotipos de género y mitos sobre la violación. Estas actitudes dañinas son reflejadas por un fiscal regional que dijo a Amnistía Internacional: “He tenido un montón de casos de estudiantes: chicos decentes que han hecho una estupidez. No es fácil dictar sentencia condenatoria contra un estudiante que ha venido a esta ciudad a adquirir una buena formación y que se comporta bien ante el tribunal. Estaba borracho y excitado, y ha hecho algo estúpido”.

Muchas violaciones no se denuncian a la policía, pero incluso las sobrevivientes que sí recurren a la policía afrontan un proceso largo y a menudo deficiente. Una sobreviviente dijo a Amnistía Internacional: “Pasaron casi dos años desde que denuncié, en el otoño de 2016, hasta que se cerró el caso, en la primavera de 2018. Es una espera muy larga”.

Uno de los cambios positivos de los últimos años, subrayado por varias de las sobrevivientes de violación entrevistadas por Amnistía Internacional, es la gran calidad de las entrevistas policiales. Como norma, las personas responsables de hacer las entrevistas en casos de agresión sexual, incluida violación, son especialistas con formación. Además, el derecho a tener asesoramiento jurídico gratuito es un apoyo importante y necesario para las víctimas de violación durante todo el proceso judicial.

Suecia

En 2018, Suecia adoptó una nueva ley sobre delitos sexuales basada en el consentimiento que además de tipificar como delito las relaciones sexuales sin consentimiento, introduce un nuevo delito: el de “violación por negligencia”.

Aunque todavía es demasiado pronto para evaluar todo el impacto de estos cambios legislativos, no hay duda de que un paso importante para abordar un problema generalizado en la sociedad sueca. Pero cambiar la ley no será suficiente.

En Suecia, hay que abordar las deficiencias de los procesos judiciales, sobre todo en el manejo policial de los casos de violación. Representantes de diferentes autoridades subrayaron la aplicación desigual de métodos de trabajo de buenas prácticas para investigaciones de delitos sexuales contra personas adultas y las demoras en los resultados de análisis forenses, mientras que algunas sobrevivientes mencionaron retrasos inaceptables en las entrevistas a sospechosos identificados.

Una sobreviviente dijo a Amnistía Internacional: “Si lo hubieran hecho como es debido desde el principio, habría obtenido justicia hoy. Todas esas esperanzas de justicia y reparación, y al final, nada. No fue más que otra denuncia policial”.

Las actitudes dañinas no van a cambiar de pronto por un cambio en la ley. Un estudio reciente concluyó que casi una de cada 10 personas en Suecia pensaba que la violencia de género contra las mujeres suele ser provocada por la propia víctima. Una sobreviviente dijo a Amnistía Internacional: “Hasta mi madre me hizo ese comentario. Dijo: ‘Siempre he tratado de enseñarte cómo vestir’”.

A pesar de los elevados índices de violación, la tasa de enjuiciamientos es muy baja en Suecia, donde en 2017, sólo el 6% de casos de personas adultas desembocó en enjuiciamiento. La baja tasa de enjuiciamientos y sentencias condenatorias afectan a la confianza en el sistema de justicia.

Sin embargo, en muchos casos, el tratamiento de las víctimas de violación por la policía ha mejorado en general en los últimos años, y las reformas legales de 2018 exigen que los y las agentes de policía encargados de la investigación informen inmediatamente a la víctima de su derecho a contar con un profesional del derecho de su elección y gratuito.

Una sobreviviente que obtuvo una sentencia condenatoria en su caso dijo a Amnistía Internacional: “Es parte de la curación. Sientes: ¡Por fin! Por fin te creen, el sistema te cree… Pienso que soy una de las pocas que obtuvo justicia. Sí tengo esperanzas, sin embargo, y la experiencia que he tenido es la que deseo para todas las demás”.

Dinamarca

En Dinamarca se denuncian muchísimas menos violaciones de las que realmente se cometen, e incluso cuando las mujeres acuden a la policía, las probabilidades de que se procese o condene al violador son muy escasas. De las 24.000 mujeres que, según un estudio reciente, sufrieron una violación o un intento de violación solamente en 2017, sólo fueron denunciadas a la policía 890 violaciones. De ellas, 535 dieron lugar a procesamiento y sólo 94 a sentencia condenatoria.

Tras la publicación de un informe de Amnistía Internacional el mes pasado, el primer ministro danés anunció que su gobierno apoyará una legislación sobre la violación basada en el consentimiento, y los partidos de oposición han hecho una propuesta de legislación basada en el consentimiento que, si se cumplen las previsiones, se debatirá esta semana en el Parlamento.

Aunque modificar las leyes sobre violación en los países nórdicos es un paso vital para cambiar actitudes y lograr justicia, hace falta mucho más para que sea realidad el cambio institucional y social”, dijo Kumi Naidoo. “Las autoridades deben tomar medidas para cuestionar los mitos sobre la violación y los estereotipos de género en todos los niveles de la sociedad. Las personas profesionales que trabajan con sobrevivientes de violación deben recibir una formación permanente adecuada y hacen falta una educación sexual y programas de sensibilización más amplios desde temprana edad.”

Kristine Holst, sobreviviente de Dinamarca que se hizo activista tras ser violada por un amigo y cuya historia se incluye en el informe, dijo a Amnistía Internacional: “Espero que el viaje que empezó la noche de mi violación culmine pronto en Dinamarca en la aprobación de una ley basada en el consentimiento. Lo que esta experiencia me ha demostrado es que, si las mujeres nos unimos y denunciamos con valentía, el cambio no sólo es posible, sino inevitable”.

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

En 2018, Amnistía analizó la legislación sobre violación de 31 países europeos; sólo ocho de ellos cuentan con leyes que tipifican como violación las relaciones sexuales sin consentimiento.

Tan solo el año pasado, Islandia y Sueciase convirtieron, respectivamente, en el séptimo y el octavo país de Europa que adopta nueva legislación que define la violación sobre la base de la ausencia de consentimiento.  El gobierno español anunció en 2018 cambios legislativos para modificar la definición de violación vigente; en Portugal el Parlamento está debatiendo un proyecto de ley; y en Grecia, el gobierno ha abierto una consulta pública sobre la definición de violación vigente en el Código Penal griego. El presente informe es continuación del informe de Amnistía Internacional titulado Case Closed: Rape and human rights in the Nordic countries, publicado en Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia en 2008.