Por qué será histórica la votación para despenalizar el aborto

El 8 de agosto, el Senado argentino celebrará la votación decisiva sobre la despenalización del aborto. Les ofrecemos todo lo que deben saber sobre la votación y cómo pueden apoyar a las mujeres argentinas que exigen sus derechos humanos.

Menos de un mes después de la histórica votación de Irlanda a favor de la despenalización del aborto, las calles de Argentina fueron testigos de increíbles escenas de personas que protestaban y pedían a su Congreso que las acercaran un paso más a un aborto sin riesgos y legal.

Mujeres y niñas acamparon frente a la Cámara de Diputados mientras ésta debatía hasta la madrugada un proyecto de ley que permitiría abortar hasta las 14 semanas de gestación. Por fin, la mañana del 14 de junio, el proyecto de ley fue aprobado por un estrecho margen, un resultado que habría sido impensable apenas hace un año.

En un país donde el aborto está severamente restringido desde 1921, el debate nacional en torno al aborto ha roto el silencio sobre una cuestión que durante mucho tiempo ha sido tabú.

Ahora, el 8 de agosto, el Senado celebrará la votación que decidirá si el proyecto legislativo se convierte en ley. La votación pende de un hilo.

¿Por qué es importante?

El acceso a un aborto sin riesgos es un derecho humano. Pero en Argentina el acceso al aborto sigue siendo ilegal y está limitado sólo a los casos en los que hay riesgo para la vida o la salud de la persona embarazada o cuando el embarazo es consecuencia de una violación.

Sin embargo, en la práctica, el aborto se niega a muchas embarazadas, que se ven obligadas a buscar alternativas. Se calcula que cada año se practican en Argentina 500.000 abortos, lo que representa aproximadamente el 40% de todos los embarazos.

El aborto sigue siendo la primera causa de muerte materna en el país desde hace 30 años, un dato aún más terrible si se tiene en cuenta lo desarrollado que está el sistema de salud de Argentina.

En los últimos 60 años, más de 30 países han modificado su legislación para permitir mayor acceso al aborto, en ocasiones reconociendo que el acceso al aborto sin riesgos es fundamental para la protección de la vida y la salud de las embarazadas.

Argentina podría entrar en esta lista de países si el 8 de agosto su Senado decide aprobar el proyecto de ley. Pero el debate nacional en Argentina también es una luz de esperanza para el resto de América Latina, donde actualmente sólo Cuba, Uruguay y la ciudad de México han legalizado el aborto.

Mujeres y niñas de toda la región han expresado su solidaridad con las mujeres de Argentina, y todo indica que la campaña se está extendiendo: a finales de julio, miles de personas salieron a la calle en Santiago de Chile, llevando los pañuelos verdes que son el símbolo de las activistas en Argentina, para exigir la reforma de las leyes restrictivas sobre el aborto.

¿Cómo ha sido posible esto?

Muchas personas han atribuido la votación nacional sobre el aborto al vibrante movimiento encabezado por mujeres y niñas que desde hace tres años se ha convertido en algo habitual en toda Argentina. El movimiento, conocido por el lema “Ni Una Menos”, fue una respuesta a los atroces índices de homicidios de mujeres y niñas en Argentina.

Muchas de las mujeres que participaron en las manifestaciones organizadas en torno a la consigna #NiUnaMenos se dieron cuenta enseguida de que la dilatada prohibición del aborto estaba contribuyendo a la muerte de muchas mujeres y niñas. Hoy, más personas que nunca hablan del aborto y comparten sus historias y experiencias.

La “marea verde”, llamada así por los pañuelos y la ropa de color verde que llevan las activistas, ha generado sin duda un impulso que han de aprovechar quienes defienden los derechos reproductivos. El poder de la organización colectiva de las mujeres quedó patente cuando el presidente Macri hizo en marzo el anuncio sin precedentes de que no intentaría vetar la decisión sobre el proyecto de ley del aborto a pesar de que es contrario a él.

Ahora este proyecto de ley afronta su mayor reto. Argentina verá el retorno a las calles de la “marea verde” para mantener la presión y pedir a sus legisladores y legisladoras que permitan por fin un aborto sin riesgos y legal. La vida de millones de mujeres depende de su decisión.