Qatar: Trabajadores migrantes en campos de alojamiento, en grave peligro en medio de la crisis de la COVID-19

En respuesta a los informes según los cuales algunas áreas de la Zona Industrial de Qatar en Doha —donde vive un gran número de trabajadores migrantes— han sido puestas en aislamiento tras el contagio por COVID-19 de cientos de trabajadores de la construcción, Steve Cockburn, director adjunto de Asuntos Globales de Amnistía Internacional, ha declarado:

“Mientras el mundo lucha para contener la difusión de la pandemia de la COVID-19, trabajadores migrantes atrapados en campos como los de Qatar están especialmente expuestos al virus.

“Es evidente que los campos de alojamiento de trabajadores están saturados, y la falta de suministro adecuado de agua y saneamiento implica necesariamente que los trabajadores tienen menos capacidad de protegerse del virus. La proximidad física de los trabajadores en campamentos abarrotados no permite mantener ningún tipo de distancia social. 

“El gobierno qatarí debe garantizar que cualquier intento de prevención y contención del virus COVID-19 se plantea desde el respeto a los derechos humanos, y también que todas las personas tienen acceso a atención médica, incluida atención preventiva y tratamiento para toda persona afectada sin discriminación.”

Amnistía Internacional pide a Qatar y a otros países del Golfo que garanticen que los trabajadores y trabajadoras migrantes no sufren más marginación durante esta crisis y que pueden acceder a subsidios por enfermedad cuando no pueden trabajar por la epidemia de la COVID-19, así como acceder a atención médica.

Información complementaria

Durante sus investigaciones en Qatar, Amnistía Internacional ha visitado campos de alojamiento de trabajadores de la Zona Industrial de Doha donde grandes grupos de trabajadores migrantes vivían en alojamientos muy precarios, durmiendo en literas, hacinados en habitaciones, con unas condiciones higiénicas deficientes y en ocasiones sin electricidad ni agua corriente.

Desde que en 2010 Qatar fue elegido anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA 2022, la población migrante del país ha aumentado con gran rapidez. Esta población, que actualmente supone el 95% de la población activa del país, procede de los países más pobres del mundo y trabaja en sectores como la construcción, la hostelería y el servicio doméstico. Amnistía Internacional ha documentado en diversas ocasiones sus motivos de preocupación por los derechos de las personas trabajadoras migrantes en la Zona Industrial, así como por el sistema de trabajo de Qatar basado en la explotación.

Brote de COVID-19

El 11 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud de Qatar anunció 238 nuevos casos confirmados de COVID19 de personas expatriadas que vivían en una zona residencial.

Posteriormente las autoridades confirmaron que este complejo residencial estaba en la Zona Industrial, y que algunas de las personas habían sido puestas en cuarentena tras dar positivo en las pruebas del virus.

El 17 de marzo, el Comité Supremo de Gestión de Crisis anunció nuevas medidas para “garantizar que el riesgo de que la población se vea afectada por el nuevo coronavirus (COVID-19) siga siendo bajo”. Estas medidas incluyen el cierre de parte de la Zona Industrial durante dos semanas, desde la Calle 1 a la Calle 32, un periodo que podría prorrogarse.

Sin embargo, las autoridades subrayaron que el cierre “no afectará a las necesidades diarias de los residentes de esta zona, ya que se ha coordinado con las empresas afectadas el suministro para atender a las necesidades diarias de sus trabajadores y pagar sus salarios en las fechas habituales”. A estos trabajadores se les facilitarán medidas adicionales para evitar la propagación del virus. Sigue sin estar claro cómo se implementarán estas medidas y qué otros pasos se tomarán para garantizar la protección de los derechos de las personas trabajadoras migrantes.