Rusia: Para proteger los derechos humanos, los parlamentarios y parlamentarias recién elegidos deben derogar legislación represiva

Los parlamentarios y parlamentarias recién elegidos a la cámara baja del Parlamento estatal ruso (Duma) no deben eludir su deber de abordar con urgencia el cada vez más lamentable historial de derechos humanos del país mediante la reforma de la legislación represiva y la reanudación del control parlamentario del ejecutivo, manifestó hoy Amnistía Internacional.

La organización expuso las que considera que deben ser las prioridades clave en materia de derechos humanos para los miembros de la Duma elegidos en los comicios del 17 al 19 de septiembre, incluidos los derechos de libertad de expresión, de reunión pacífica y de asociación, actualmente aplastados por la represión del Kremlin contra figuras de oposición, medios de comunicación independientes y grupos de derechos humanos.

“Los ataques contra los derechos humanos en Rusia requieren una intervención urgente. Se debe reformar exhaustivamente la legislación del país, para que Rusia cumpla con su obligación de respetar, proteger, promover y realizar los derechos humanos”, manifestó Natalia Zviagina, directora de la Oficina de Amnistía Internacional en Moscú.

“En un primer momento, la Duma debe revisar la legislación relativa a los derechos de libertad de expresión, reunión pacífica y asociación, incluidos el Código de Infracciones Administrativas y el Código Penal. Debe estar preparada para rechazar cualquier nuevo intento de restringir los derechos humanos. Los diputados y diputadas recién elegidos que previamente hayan votado a favor de proyectos de ley represivos deben aprovechar esta oportunidad para revertir los daños causados a los derechos humanos en Rusia.”

En el periodo previo a las elecciones presidenciales, Rusia ha asistido a una intensificación de la represión de la disidencia. En aplicación de nueva legislación represiva, se prohibió a varias figuras de la oposición presentarse para ocupar cargos públicos. Otras se vieron obligadas a abandonar el país huyendo de la persecución. Algunas fueron encarceladas. Las autoridades han intentado silenciar numerosas voces críticas, como el preso de conciencia Aleksei Navalny, cuya Fundación Anticorrupción y su red de oficinas fueron consideradas “extremistas” y prohibidas.

Los medios de comunicación independientes y las y los activistas de derechos humanos también se han visto sometidos a presión. Al menos 18 organizaciones de medios de comunicación —incluidos Dozhd TV, uno de los últimos canales de televisión independientes que quedaban el Rusia, y el sitio web de noticias Vazhnye Istorii— han sido calificadas de “agentes extranjeros”. Entre las denominadas “organizaciones indeseables” se encuentra el medio de periodismo de investigación Proekt. . También se han realizado registros en viviendas de periodistas, y se han tomado otras represalias.

Anulación de las restricciones a la libertad de expresión y de reunión pacífica

Amnistía Internacional pide a la Duma que revierta las catastróficas restricciones del derecho a la libertad de expresión mediante la abolición de los poderes de los que goza el ejecutivo para bloquear contenido en Internet sin revisión judicial; la despenalización de la calumnia, que se ha utilizado como pretexto para reprimir la disidencia; y la revocación de las leyes sobre “ofensa de los sentimientos religiosos” y “noticias falsas”, entre otras medidas.

La Duma también debe abolir inmediatamente las leyes sobre “agentes extranjeros” y “organizaciones indeseables” que se han utilizado para erradicar el activismo político y enjuiciar a defensores y defensoras de derechos humanos, lo que ha tenido consecuencias terribles para la sociedad civil y los medios de comunicación independientes. La legislación “antiextremista” que ha sido utilizada como arma contra la oposición debe armonizarse con las obligaciones de Rusia en virtud del derecho internacional de los derechos humanos y de su Constitución, para impedir que se vuelva a abusar de ella con fines políticos.

Otra prioridad de los legisladores rusos debe ser la reforma integral de la legislación nacional sobre reuniones públicas, que se ha utilizado contra quienes se han manifestado pacíficamente y ha dado lugar a restricciones, prohibiciones y cuantiosas sanciones arbitrarias.

Amnistía Internacional también pide que se derogue el artículo 212.1 (el denominado “artículo de Dadin”) del Código Penal que estableció responsabilidad penal por la “infracción” reiterada de la Ley sobre Reuniones, indebidamente restrictiva, así como la prohibición de las protestas espontáneas, no planificadas.

“La legislación represiva ha acelerado la erosión de los derechos de libertad de expresión, de reunión pacífica y asociación en Rusia, y silenciado la voz de millones de personas. La Duma debe iniciar reformas para derogar esta legislación y mostrar que este status quo es inadmisible”, declaró Natalia Zviagina.

Protección de las mujeres y las personas LGBTI

Todas las personas, con independencia de su orientación sexual o su identidad de género, deben poder disfrutar de los mismos derechos jurídicos; nadie debe sufrir violencia ni discriminación por ningún motivo.

Amnistía Internacional pide que se derogue la ley homófoba rusa que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales entre menores” que ha incrementado los delitos de odio contra las personas LGBTI y obstaculizado su activismo.

La nueva Duma también debe adoptar una ley pendiente desde hace mucho tiempo sobre violencia contra las mujeres en el ámbito familiar y empezar a revertir los daños provocados por la despenalización en 2007 de las agresiones en este contexto.

“Durante sus campañas electorales, los nuevos diputados y diputadas de la Duma dedicaron semanas a prometer a la ciudadanía rusa una vida mejor y un futuro más próspero. Es hora de que cumplan sus promesas. Aunque la lista de prioridades en materia de derechos humanos planteada por Amnistía Internacional no es exhaustiva, constituye un punto de partida importante”, afirmó Natalia Zviagina.