AMINETOU MINT MOCTAR: UNA “REBELDE” CONTRA LAS NORMAS QUE LIMITAN A LAS MUJERES

No es siempre fácil para esta madre y ama de casa, objeto habitual de burlas, estigmatización y amenazas de muerte. A pesar de ello, Aminetou, que desafía con frecuencia las actitudes patriarcales y las normas culturales y religiosas que subordinan o limitan a las mujeres, sigue convencida de que su país, Mauritania, solo cambiará si hay personas comprometidas y conscientes de que el respeto de los derechos únicamente puede lograrse a través de la lucha pacífica.

Lejos de ser fácil, su camino ha estado sembrado de dificultades, y esta mauritana de 61 años ha aprendido de todas ellas. Cada una de ellas la ha hecho más fuerte y le ha dado la energía y el impulso para ponerse en pie y defender los derechos humanos.

Esta misión se ha convertido en “una parte de ella”, como explica Aminetou Mint Moctar, fundadora y presidenta de la Asociación de Mujeres Cabezas de Familia de Mauritania (Association des femmes chefs de famille en Mauritanie), al tiempo que la reivindica y la hace suya cada día.

No podría ser de otra manera para una persona que fue obligada a casarse a los 13 años. Esta situación la llevó a implicarse muy joven en la lucha por los derechos de las mujeres y contra el matrimonio precoz y forzado, que considera como “un obstáculo para impulsar el liderazgo y el desarrollo de las mujeres”.

Para alguien como Aminetou, cuya familia procede de un “clan guerrero” con una visión feudal del papel de la mujer, nacer una “rebelde” significa, por encima de todo, atreverse a enfrentar desde muy joven y luchar contra toda forma de discriminación y el trato inhumano y degradante.

“Siento que comprometerme con la realización de los derechos es mi deber como activista”, dice, pidiendo a todas las mujeres, hombres y gente joven que se unan a ella en este ideal. Con optimismo, Aminetou está convencida de que el cambio vendrá, aunque el camino pueda estar repleto de dificultades.

De hecho, Aminetou Mint Moctar ha sido detenida arbitrariamente y recluida en varias ocasiones. Su detención y reclusión durante al menos siete días en Nouadhibou, Mauritania, en 1989 “por haber criticado la deportación de personas de la minoría negra mauritana” permanece grabado en su memoria hasta hoy.

Miembros de su familia y de la asociación que dirige también han recibido amenazas. Y en 2014, fue objeto de una fetua* por su defensa del bloguero Mohamed Mkhaïtir, enjuiciado por apostasía y condenado a muerte en diciembre de 2014. Se exilió varios meses, pero a su vuelta en 2015, su hijo también fue amenazado al salir de la mezquita, así que se vio obligada a enviarlo al extranjero por su propia seguridad.

Nacer una “rebelde” significa implicarse desde muy joven en diferentes asociaciones, denunciar el racismo y la falta de emancipación de las mujeres y las minorías y promover la democracia. Como defensora de las personas oprimidas, Aminetou decidió unirse al movimiento democrático internacional en 1989, que abandonó posteriormente en 1991.

Entonces llegó su activismo en favor de los derechos humanos, con la creación de la Asociación de Mujeres Cabezas de Familia el 17 de abril de 1999. La asociación se había creado tres semanas antes con el nombre de Asociación para la Promoción y Defensa de los Derechos de la Mujer. “Pero cuando intenté que fuera reconocida, el ministro del Interior se negó rotundamente”, cuenta.

Para hacer frente a la actitud de las autoridades fue necesario un cambio de táctica. Aminetou cambió su nombre en su pasaporte y el nombre de su asociación. La asociación fue finalmente reconocida el mismo día, algo que fue motivo de gran celebración. En la actualidad, tiene más de 12.000 miembros, seis centros de acogida de víctimas, 168 trabajadores sociales, los servicios de cuatro profesionales de la abogacía y una persona de contacto en todas las ciudades de Mauritania, país en el que ahora el nombre de Aminetou es sinónimo de defensa de las personas sin voz, defensa de los derechos humanos.

En cualquier caso, nacer y permanecer una “rebelde” es continuar en la batalla, no agachar la cabeza. Esta es la lucha diaria de Aminetou Mint Moctar.

*Fetua: Edicto religioso emitido por un dignatario religioso de alto rango.