La decisión de las autoridades de Bosnia y Herzegovina de imponer restricciones a la libertad de circulación de personas migrantes y solicitantes de asilo que se han quedado varadas en el país es discriminatoria y temeraria, ha declarado Amnistía Internacional.
El 19 de agosto, el Comité de Coordinación sobre Migración del cantón de Una-Sana aprobó medidas para restringir rigurosamente la libertad de circulación de las personas refugiadas, migrantes y solicitantes de asilo que no estuvieran alojadas en centros oficiales de recepción. Se establecieron controles de carretera para interceptar autobuses e inspeccionar a sus ocupantes, algo que también han estado haciendo grupos parapoliciales.
“Esta decisión de limitar más los derechos y libertades de personas en movimiento ya de por sí marginadas no sólo es ilegítima, sino que puede ser temeraria”, ha afirmado Jelena Sesar, investigadora de Amnistía Internacional sobre los Balcanes.
“Las autoridades deberían buscar soluciones para acomodar y dar apoyo a miles de personas fuera de los centros oficiales de recepción, en lugar de ponerlas en el punto de mira y dejarlas sin protección y a merced de grupos parapoliciales.”
Las medidas suponen una total represión contra las personas migrantes y solicitantes de asilo que están fuera de los centros oficiales de recepción en el cantón de Una-Sana y los activistas que les dan apoyo.
Las medidas prohíben totalmente las nuevas llegadas al cantón, el transporte de migrantes y solicitantes de asilo —incluso en taxi o medios de transporte público—, la reunión de migrantes y solicitantes de asilo en lugares públicos y su alojamiento por particulares.
La policía ha establecido controles de carretera para evitar nuevas llegadas y ha hecho redadas en edificios ocupados y viviendas privadas, obligando a salir a los migrantes que las ocupaban sin proporcionarles un alojamiento alternativo. Mientras, grupos parapoliciales autoorganizados han incerceptado autobuses y han hecho bajarse de ellos a personas migrantes y solicitantes de asilo, dejando a muchas, incluidas familias con hijos, abandonadas a su suerte en una tierra de nadie administrativa.
“Si bien el cantón de Una-Sana ha tenido que soportar una gran presión debido a la cantidad de migrantes y solicitantes de asilo que hay en su territorio, las medidas arbitrarias que restringen derechos y libertades tendrán como consecuencia más violaciones”, ha señalado Jelena Sesar.
“Si las autoridades no actúan rápidamente a todos los niveles, incluido el Consejo de Ministros, para encontrar instalaciones adecuadas en todo el país que puedan acomodar a migrantes y solicitantes de asilo, Bosnia se enfrenta a una inminente crisis humanitaria. Estas medidas restrictivas dirigidas contra todo un grupo son desproporcionadas y discriminatorias y deben revocarse de inmediato.”