En respuesta al hallazgo en la ciudad de Gapán del cadáver de Reynaldo de Guzmán, un muchacho de 14 años que llevaba casi tres semanas desaparecido, James Gomez, director de Amnistía Internacional para el Sureste Asiático y Oceanía, ha declarado:
“¿Cuántos niños más tienen que morir en Filipinas para que termine esta violencia atroz y despiadada? La familia de Reynaldo de Guzmán ha tenido que soportar la ansiedad de su desaparición seguida del inimaginable dolor de descubrir su cadáver con heridas de arma blanca y la cabeza envuelta en cinta de embalar. No se trata de un caso aislado ni de un error, sino que es la más reciente atrocidad de una oleada de homicidios ilegítimos que se ha cobrado las vidas de más de 50 niños y miles de personas más en Filipinas”.
“Las ejecuciones extrajudiciales no están nunca justificadas y, cuando se trata de niños o niñas, son especialmente espantosas, pues siegan brutalmente vidas que están empezando a brotar y condenan a su familia a una vida de tristeza inconsolable. Este caso y los de otras personas jóvenes hacen aún más urgente la realización de una investigación internacional. El mundo ya no puede permitirse apartar la vista, guardar silencio u ofrecer débiles expresiones de condena. La brutalidad debe cesar. Las víctimas y sus familias merecen justicia.”
Información complementaria
Reynaldo de Guzmán, estudiante que, según afirma su madre, realizaba trabajos informales para ganar un dinero extra, fue visto por última vez el 18 de agosto de 2017 con Carl Arnaiz, de 19 años. La noticia de la desaparición de Reynaldo de Guzmán se conoció cuando Carl Arnaiz resultó muerto, presuntamente en un “tiroteo” con la policía, que decía que Carl había tratado de robar a un taxista.
El misterio de las trágicas circunstancias de estas muertes se ve incrementado por el hecho de que los cadáveres fueron hallados en dos localidades distintas, a varias horas de distancia una de otra. El miércoles, la policía local dijo que el cadáver de Reynaldo de Guzmán había sido hallado el día anterior en la ciudad de Gapán, a unas dos horas y media de Manila.
El cadáver de Carl Arnaiz fue hallado el 28 de agosto de 2017, diez días después de su muerte, en Caloocan, una ciudad a las afueras de la zona metropolitana de Manila. Los informes forenses afirman que Carl Arnaiz fue torturado y recibió un disparo a quemarropa cuando estaba arrodillado o tendido en el suelo.