Las autoridades israelíes deben poner en libertad a una activista palestina de 16 años que podría ser condenada hasta a 10 años de cárcel en relación con un altercado con soldados israelíes que tuvo lugar el mes pasado en la Cisjordania ocupada, ha dicho Amnistía Internacional. La joven comparecerá hoy ante el tribunal.
Ahed Tamimi comparecerá ante el tribunal militar de Ofer, en la Cisjordania ocupada, acusada de agresión con agravantes y de otros 11 cargos tras hacerse viral en Facebook un vídeo donde aparece empujando, abofeteando y dando patadas a dos soldados israelíes en su pueblo, Nabi Saleh, el 15 de diciembre.
“Nada de lo que Ahed Tamimi ha hecho justifica que siga detenida teniendo 16 años. Las autoridades israelíes deben ponerla en libertad sin más dilación. Las imágenes de la agresión de una adolescente desarmada a dos soldados armados y con equipamiento de protección muestra que Ahed Tamimi no suponía ninguna amenaza real y que su castigo es claramente desproporcionado”, ha dicho Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“Su consiguiente detención y juicio ante un tribunal militar revelan el trato discriminatorio que las autoridades israelíes dan a los niños y niñas palestinos que se atreven a rebelarse contra la continuada y a menudo brutal represión de las fuerzas de ocupación.”
Ahed Tamimi fue detenida el 19 de diciembre junto con su madre, Nariman Tamimi, y su prima, Nour Tamimi, después de que Nariman, también una destacada activista, publicara las imágenes en Internet. Ahed se enfrentó a los soldados durante una manifestación en Nabi Saleh contra la reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer Jerusalén como capital de Israel.
El incidente se produjo el mismo día que su primo de 15 años, Mohammad Tamimi, fue alcanzado en la cabeza por una bala de goma disparada a corta distancia por un soldado israelí. La familia de Mohammad dijo a Amnistía Internacional que el muchacho hubo de ser operado y ha perdido parte de la zona izquierda del cráneo.
El vídeo muestra que los soldados, que se encontraban en el límite de la valla del patio delantero de la casa de la familia armados con rifles de asalto, pudieron evitar las bofetadas y las patadas de Ahed manoteando ligeramente.
Sin embargo, el vídeo provocó la indignación de muchos israelíes, y el ministro de Educación, Naftali Bennett manifestó a la emisora del ejército israelí que las tres mujeres debían “terminar sus días en prisión”.
Cuatro días después del incidente, Ahed y su madre Nariman, de 42 años, fueron detenidas. Nour, de 21 años, fue detenida al día siguiente, pero posteriormente quedó en libertad con fianza.
El 1 de enero, Ahed y Nariman fueron acusadas de agresión con agravantes contra los soldados y de impedirles realizar sus funciones.
Ahed se enfrenta ahora a 12 cargos, entre ellos el de incitación en las redes sociales y delitos relacionados con otros cinco altercados con soldados israelíes en los que se la acusa de haber tomado parte en los últimos dos años.
La Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, en la que Israel es Estado Parte, dispone que la detención de un niño se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda.
“Israel está incumpliendo a las claras su obligación en virtud del derecho internacional de proteger a los niños y niñas de sanciones penales excesivamente duras”, ha afirmado Magdalena Mughrabi.
“Sin duda sería una parodia de justicia que por su acto de desafío ante una implacable opresión Ahed Tamimi fuera condenada a una larga pena de cárcel tras un juicio ante un tribunal militar que no garantiza las normas básicas sobre imparcialidad.”
Todos los años el ejército israelí procesa a centenares de niños y niñas palestinos en tribunales militares para menores, a menudo tras detenerlos en redadas nocturnas y someterlos sistemáticamente a malos tratos como vendarles los ojos, amenazarlos, someterlos a duros interrogatorios sin la presencia de su abogado o sus familiares, mantenerlos aislados y, en algunos casos, agredirlos físicamente. Según organizaciones locales de derechos humanos, actualmente hay unos 350 niños y niñas palestinos en las cárceles y los centros de detención israelíes.
El abogado de Ahed afirma que su clienta ha pasado por varias largas y agresivas sesiones de interrogatorio, en ocasiones de noche, y que sus interrogadores han amenazado a sus familiares.
Según su familia, Ahed también ha soportado varios extenuantes traslados desde la cárcel a los juzgados, junto con otros menores de edad detenidos, sin acceso a un cuarto de aseo.
Nour quedó en libertad el 5 de enero en espera de juicio y bajo fianza de 5.000 shekels israelíes (unos 1.400 dólares estadounidenses).
También esta semana al padre de Ahed, Bassem Tamimi —ex preso de conciencia de Amnistía Internacional— se le prohibió viajar al extranjero. Las autoridades israelíes además han amenazado a otros 20 miembros de la familia Tamimi con prohibirles vivir en Nabi Saleh.
Información general
Según la organización Defensa de Niñas y Niños Internacional – Palestina, entre 500 y 700 menores palestinos de la Cisjordania ocupada son procesados cada año en tribunales militares de justicia juvenil israelíes en virtud de órdenes militares israelíes.
Estas órdenes, que se aplican a través de los tribunales militares, muchas veces penalizan actividades pacíficas como la expresión política pacífica o la organización y la asistencia a protestas sin autorización previa de un mando militar israelí.
Los jueces y fiscales son miembros del ejército de Israel, y la jurisdicción del sistema de tribunales militares israelíes nunca se aplica a los colonos israelíes que viven en Cisjordania, que se se rigen por el código civil de Israel. Los incidentes de violencia de los colonos en Cisjordania suelen quedar impunes, mientras que los palestinos suelen ser perseguidos y detenidos.
Los viernes, el pequeño pueblo de Nabi Saleh, situado al noroeste de Ramala, en la Cisjordania ocupada, es desde 2009 escenario habitual de protestas contra la ocupación del ejército de Israel, el robo de sus tierras y la pérdida del suministro de agua de la comunidad. El ejército de Israel suele hacer uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y transeúntes, y en muchos casos ha causado deliberadamente daños a la propiedad privada. Desde 2009, el ejército israelí ha matado a tres residentes, y cientos han resultado heridos por fuego real, balas metálicas recubiertas de goma y gas lacrimógeno.