Eres periodista y activista de los derechos LGBTI, enjuiciado en tu país por tu trabajo. Huyes, te escondes de la policía y planeas salir del país para no ir a la cárcel… Si estuvieras en esta situación, ¿cuál sería tu siguiente paso?
Se lanzan los dados y el/la jugador/a avanza. La policía llega a tu casa y tienes que huir con rapidez. Tienes 15 segundos para decidirlo: ¿qué vas a llevarte?
Esto es lo que Alenka Mrakovcic, de 23 años, preguntaba a los participantes del juego de mesa de tamaño natural que instaló en las calles de Liubliana, Eslovenia. La joven coordinadora de voluntariado de la campaña SOS Europa y su equipo crearon un juego envolvente para que la gente pudiera entender las historias de los miles de refugiados que abandonan su hogar para entrar en Europa.
“Creo que la mayoría de la gente no se entera realmente de las historias de los refugiados”, dice. “Como yo, antes de empezar a trabajar con la campaña SOS Europa, la gente sabe poco de los caminos o las razones por las que dejan todo atrás para entrar en Europa”, dice Alenka.
Trabajando como activista desde hace tres años, Alenka trata de encontrar el mejor modo de comunicar lo que ha aprendido sobre la migración. “Aquí es muy difícil parar a la gente en la calle para explicar la campaña. La migración no se percibe como un gran problema porque, a diferencia de otros países, no hay tantas llegadas aquí. Pero creo que es importante que la gente conozca el viaje de las personas migrantes y aprenda de sus prejuicios y estereotipos.”
“Para eso necesitábamos una idea; algo nuevo y provocador, que hiciera que la gente se parara a pensar.”
Cuatro argumentos, innumerables posibilidades
A mitad de camino entre un juego de rol y uno de riesgo, el recurso de Alenka está diseñado para un gran número de jugadores y cuenta con muchos escenarios. Al principio de cada ronda, se asigna al azar a cada jugador uno de los cuatro argumentos principales que forman la base de la trama: puede ser un periodista, un niño, una mujer o una madre que van a cruzar el Mediterráneo o los Balcanes. Cada jugador lanza los dados para avanzar. Las casillas de color dan información sobre cómo se desarrolla el viaje de su personaje.
“Las casillas rojas significa que tu personaje se encuentra con un obstáculo y las verdes representan algo bueno o nueva información para tu personaje. Por otra parte, tienes que evitar las casillas que llevan un aspa, que te colocan en una situación desesperada con la que se termina el juego o significan la deportación de tu personaje”, dice Alenka.
Alenka estudiaba arte dramático. Inspirada por un espectáculo que recordó basado en una idea parecida, desarrolló un recurso que daría la máxima información posible al mismo tiempo que mantenía un grado elevado de participación. Junto con un equipo, reunió informes, información y testimonios sobre los trayectos de personas migrantes que vienen a Europa para crear escenarios de ficción basados en la vida real. Al escribir el argumento del juego de mesa, el equipo tuvo en cuenta elementos como lugares, carreteras, transporte y trámites administrativos.
Alenka y su equipo incluyeron situaciones difíciles y dilemas para mostrar no sólo el peligro, sino también los costos que conllevan estos viajes.
“Entiendo que para algunos sea desagradable saber que este tipo de escenarios pueden ocurrir en la vida real. Cuando instalamos el juego en la plaza principal de Liubliana el Día de los Refugiados, nos visitaron y participaron cuatro famosos locales. Me acuerdo de que uno dijo: “Para mí es un juego, pero cuando me imagino que esta situación podría ser real para otra persona, me entristezco.” El juego permite que los participantes se metan en la piel de otra persona y sientan empatía con las dificultades de otra persona. Esto es algo que de otro modo quizá no haríamos.”
Llevar el juego a las aulas
Alenka y su equipo trabajaron con Amnistía Internacional Eslovenia en el diseño de otra versión para que niños y niñas y estudiantes los usaran en las escuelas. Adopta la forma del juego de la oca y está centrado en el itinerario de un niño somalí que va a Eslovenia. “De este modo es más fácil que los niños y niñas se identifiquen con la historia”, dice Alenka.
Los días 9 y 10 de mayo de 2015 se usó el juego como apoyo para las actividades de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Eslovenia en el evento anual “El camino de la alambrada”. Esta marcha es uno de los mayores actos conmemorativos del país, en el que cada año 30.000 personas recuerdan el final de la ocupación de Liubliana durante la II Guerra Mundial.
El juego infantil se distribuyó en las escuelas junto con la plantilla de un taller participativo para que los profesores los usaran en el aula. “Los estudiantes de aquí no tienen realmente contacto con personas migrantes ni con sus historias, y esa es la razón de que puedan estar llenos de prejuicios o de miedo. Este juego y el taller pueden ayudarnos a enseñar a los niños y niñas otras perspectivas”, dice Ana Cemazar, de Amnistía Internacional Eslovenia.
“El juego y el taller ofrecen a los alumnos la oportunidad de aprender sobre los obstáculos físicos y administrativos que afrontan las personas migrantes en su viaje a Europa. Las evaluaciones de los alumnos realizadas después de esta actividad muestran que se han vuelto más sensibles al tema. Decían que se habían dado cuenta de lo peligroso y caro que puede ser el viaje a Europa para quienes no tienen más opción que abandonar su país”, dice Ana.