El primer secretario general sudafricano de Amnistía Internacional expuso su visión de la dirección de la mayor organización de derechos humanos del mundo durante la visita a Johanesburgo con la que inició su mandato
El movimiento de derechos humanos debe ser mayor, más audaz y más inclusivo si quiere abordar los desafíos a los que nos enfrentamos en el presente, manifestó el avezado activista Kumi Naidoo en el inicio oficial de su mandato como secretario general de Amnistía Internacional.
“Nuestro mundo se enfrenta a problemas complejos que sólo podremos resolver si superamos la antigua concepción de que los derechos humanos tienen que ver con algunas formas concretas de injusticia que sufre la gente. Las constantes de opresión que estamos viviendo están interconectadas”, afirmó Kumi Naidoo.
“No podemos hablar de la crisis del cambio climático sin reconocer que es también una cuestión de desigualdad y raza; no podemos abordar la discriminación sexual sin reconocer que está vinculada a la exclusión económica de las mujeres, y no podemos pasar por alto el hecho de que los derechos civiles y políticos tienen a reprimirse precisamente cuando la gente intenta exigir una justicia económica básica.”
Amnistía Internacional ha advertido reiteradamente de que estamos atravesando uno de los momentos más divisivos de la historia moderna, en el que destacados líderes ofrecen una visión pesadillesca de una sociedad cegada por el odio y el miedo. Sólo lograremos superar las adversidades si nos unimos en torno a los valores que compartimos, como los derechos humanos, manifestó Kumi.
“En mi primer mensaje en calidad de secretario general, quiero dejar claro que Amnistía Internacional tiene los brazos más abiertos que nunca para construir una comunidad realmente global que se extienda a todos los rincones del mundo, especialmente el Sur global.”
“Quiero que construyamos un movimiento de derechos humanos más inclusivo. Debemos redefinir qué significa ser defensor/a de los derechos humanos en 2018. El activismo se puede practicar en todos los ámbitos de la vida: los sindicatos, las escuelas, los grupos religiosos, el gobierno o el sector empresarial”, afirmó Kumi Naidoo.
“Quiero hacer saber, especialmente a las personas jóvenes, que estamos abiertos a ellas y que necesitamos que nos desafíen a hacer un mejor trabajo con la juventud. Tengo la firme convicción de que los y las jóvenes no son los líderes y lideresas del futuro, sino los líderes y lideresas que necesitamos aquí y ahora. Las Ahed Tamimis, las Elin Erssons, las Sibongile Ndashes y cada una de las personas que no han temido a la desobediencia civil ni a ser tachadas de ingenuas o idealistas constituyen el modelo de activista audaz que necesitamos en el presente.”
“Amnistía Internacional se construyó sobre la premisa de que las personas, con independencia de dónde estén y de quiénes sean, se toman como algo personal la injusticia que sufren otras personas. Ha quedado sobradamente demostrado que el cambio es posible cuando las personas se unen para luchar en favor de otras personas a quienes no conocen y que están al otro lado del mundo.”
“Ahora más que nunca necesitamos que la gente se una y alce la voz contra los opresores. Invito a unirse al movimiento a todas las personas a las que les importan el presente y el futuro, a las que les importan sus hijos y sus nietos y a las que se toma la injusticia como algo personal. Amnistía Internacional necesita tu voz, tu participación y tu presencia en nuestro movimiento para hacer que los derechos humanos sean una realidad.”
En homenaje al ex secretario general de Amnistía Internacional, Kumi dijo: “Quiero agradecer a Salil Shetty su contribución a Amnistía Internacional durante los últimos ocho años y su trabajo dedicado a fortalecer nuestra presencia en todo el mundo. Espero continuar ampliando y expandiendo su legado para garantizar que en el futuro seamos un movimiento global unido”.
Saltarse las reglas, hacer cambios
Kumi Naidoo es de Sudáfrica y ha dedicado su vida a hacer campaña por la justicia social. Kumi nació en Durban en 1965 y vivió su primera experiencia como activista a la edad de 15 años, cuando organizó y participó en una protesta contra el apartheid que le valió la expulsión del instituto.
A partir de ese momento se involucró profundamente en el activismo de su comunidad local y en la organización de movilizaciones multitudinarias contra el régimen del apartheid. En 1986, a la edad de 21 años, Kumi fue acusado de infringir la normativa del estado de excepción. Se vio obligado a vivir en la clandestinidad, antes de decidir exiliarse en el Reino Unido, donde permaneció hasta que Nelson Mandela fue puesto en libertad y se levantó la prohibición de los movimientos de liberación.
En 1990, cuando el régimen del apartheid comenzaba a desmoronarse, Kumi regresó a Sudáfrica para trabajar en el Congreso Nacional Africano. Allí se comprometió con una causa que significaba mucho para él: la educación, especialmente las campañas de alfabetización de personas adultas y de educación de votantes para empoderar a comunidades histórica y sistemáticamente marginadas.
Kumi ha desempeñado numerosas funciones de liderazgo, pero fue su mandato como director ejecutivo de Greenpeace Internacional el que cimentó su reputación de activista audaz que promovía la desobediencia civil, sobre todo tras su detención por escalar una plataforma petrolífera groenlandesa con el objetivo de entregar en mano una petición en protesta contra la perforación en el Ártico en 2011. Un año más tarde ocupó una plataforma petrolífera rusa en el mar de Barents, en el Ártico ruso.
El cargo más reciente que Kumi ha ocupado ha sido el de cofundador y presidente provisional de la organización panafricana Africans Rising for Justice, Peace and Dignity (Africanos y Africanas en Pie por la Justicia, la Paz y la Dignidad). El objetivo de este grupo que ha forjado alianzas entre sindicatos, grupos religiosos y la sociedad civil es cambiar el hecho de que mientras que África, como continente, se ha beneficiado del crecimiento económico, los africanos y las africanas no han participado de esa riqueza y poder crecientes.
Lo que inspiró a Kumi para presentar su candidatura al puesto de director mundial de Amnistía fue ver una carta que Nelson Mandela había escrito a Amnistía Internacional en 1962, agradeciendo a la organización el envío de un observador a su juicio.
La víspera de asumir su nuevo cargo en Amnistía Internacional, Kumi regresó, por primera vez desde su expulsión en 1980, al lugar en el que comenzó su historia: el Instituto de Enseñanza Secundaria de Chatsworth, en Durban.
En una charla con el alumnado durante la asamblea matutina, Kumi les dijo: “No aceptéis que os digan que vuestra voz no importa; no esperéis a mañana para ejercer el liderazgo, porque, si esperáis, no habrá mañana. Y recordad que el servicio a la humanidad os traerá la mayor felicidad.”
INFORMACIÓN GENERAL
El secretario general es el líder y principal portavoz de Amnistía Internacional y se encarga de la gestión del Secretariado Internacional. Amnistía Internacional es el mayor movimiento de derechos humanos del mundo, y su presencia global incluye oficinas en más de 70 países, 2.600 trabajadores y trabajadoras, y siete millones de miembros, personas voluntarias y simpatizantes en todo el mundo.
El secretario general es nombrado por la Junta Directiva Internacional de Amnistía Internacional para un mandato inicial de cuatro años. El nombramiento se ha producido tras una amplia búsqueda global.
Kumi Naidoo ha desempeñado numerosas funciones de liderazgo: ha sido director ejecutivo de Greenpeace Internacional, presidente de la Campaña Global para la Acción Climática (GCCA), presidente fundador del Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza, y secretario general y consejero delegado de CIVICUS, la Alianza Mundial por la Participación Ciudadana.
Kumi sucede a Salil Shetty, que desde 2010 ha sido secretario general durante dos mandatos.