En respuesta a las conclusiones de la investigación interna de las fuerzas armadas de Myanmar sobre la violencia en el norte del estado de Rajine desde el 25 de agosto, James Gomez, director de Amnistía Internacional para el Sureste Asiático y Oceanía, ha manifestado lo siguiente:
“Una vez más, las fuerzas armadas myanmaras intentan esconder debajo de la alfombra las graves violaciones de derechos humanos cometidas contra los rohingyas.
“Con más de 600.000 hombres, mujeres y niños huidos del estado de Rajine en los últimos meses por miedo a perder la vida, existen indicios abrumadores de que el ejército ha violado y asesinado a rohingyas y quemado sus pueblos hasta las cenizas. Tras documentar incontables relatos de horror y analizar imágenes de satélite para rastrear la destrucción creciente, sólo podemos llegar a una conclusión: estos ataques constituyen crímenes contra la humanidad.
“El ejército de Myanmar ha dejado claro que no tiene intención de garantizar la rendición de cuentas; ahora es la comunidad internacional quien debe dar un paso adelante para garantizar que estos abusos atroces no quedan sin castigo.
“No será posible conocer el pleno alcance de las violaciones de derechos humanos cometidas contra los rohingyas y otras minorías étnicas hasta que se permita a la misión de investigación de la ONU y a otros observadores independientes el acceso sin trabas a Myanmar y, en particular, al estado de Rajine.”