DINAMARCA: JÓVENES PERIODISTAS COLOCAN LOS DERECHOS HUMANOS EN PRIMERA PLANA

micuerpomisderechosDe Camille Roch, 30 septiembre 2016, 11:00 UTC

Estudiantes daneses se ponen en la piel de periodistas en un concurso nacional y publican 120 periódicos sobre derechos humanos poniendo el acento en los derechos sexuales y reproductivos.

“Para nosotras y nosotros, ha sido importante reproducir lo que nos contaban en las entrevistas”, explica una de las jóvenes periodistas. “Algunos de los testimonios me impresionaron”, asegura otra estudiante.

Cerca de 7.000 estudiantes de secundaria se inscribieron en un concurso nacional de periodismo y se convirtieron durante una semana en periodistas, dedicados a investigar cómo se gesta la discriminación de género y la forma en que la violencia física y sexual afecta a las mujeres en Dinamarca. Trabajando en grupos o individualmente, los y las estudiantes investigaron un tema de su elección relacionado con los derechos sexuales y reproductivos, sobre el cual recopilaron información y testimonios, que trasladaron a sus periódicos. Para esta experiencia, se les permitió utilizar todo el material periodístico necesario, como micrófonos, grabadoras y cámaras.

El resultado de estas investigaciones pone de manifiesto qué significan los derechos sexuales y reproductivos para la gente joven, y refleja sus preocupaciones y percepciones al respecto. Así, hubo, por ejemplo, estudiantes que decidieron visitar refugios de mujeres, en los que entrevistaron al personal para entender mejor cómo se han visto afectadas por la discriminación las mujeres que viven en los refugios. Otros entrevistaron a la policía local para preguntarle sobre la violencia sexual, formulando a la vez preguntas a los transeúntes para hacerse una idea de las opiniones existentes en general en torno a la cuestión, mientras que una clase de la escuela Børneuniversitetet på Vesterbro de Copenhague salió a la calle a preguntar sobre temas tales como el acoso sexual y a pedir a la gente su opinión sobre la discriminación de género. Con esos datos, efectuaron un análisis comparativo sobre las percepciones de los distintos grupos de edad –desde las generaciones de edad más avanzada hasta niños y niñas– con respecto a las diferencias entre los géneros. “Las entrevistas que hicimos por la calle me parecieron impactantes; ver que había tantas personas que aseguraban conocer a alguien que había sido violado, o que habían sido violadas ellas mismas”, afirma un estudiante en una entrevista sobre el concurso concedida a un canal de televisión local.

En conjunto, los y las estudiantes que participaron en el concurso diseñaron un total de 25 páginas web y publicaron 120 periódicos, que se distribuyeron por las escuelas o se adjuntaron como suplemento a los dos diarios que colaboraron en la iniciativa: Politiken y Ekstra Bladet. El equipo organizador calcula que medio millón de personas leyeron o vieron esos artículos, con lo que se impulsó de manera significativa la visibilidad de los derechos sexuales y reproductivos, y se captó, además, la atención de la prensa local.

Para Lisa Blinkenberg, responsable de Educación en Derechos Humanos de Amnistía Internacional Dinamarca, que ayudó a preparar a estos y estas jóvenes periodistas para el concurso, la principal dificultad estribaba en garantizar que los 7.000 estudiantes que participaron en el proyecto recibieran la formación adecuada, que les dotara de las herramientas de derechos humanos necesarias para la investigación y definiera el marco correspondiente de educación en derechos humanos. En consecuencia, para orientar al alumnado en este proyecto de investigación, Amnistía Internacional Dinamarca facilitó al personal docente recursos educativos, vídeos y material sobre derechos sexuales y reproductivos, entre ellos el módulo Respect My Rights, Respect My Dignity – Sexual and Reproductive Rights are Human Rights. Antes de comenzar con el proceso de redacción, los y las estudiantes trabajaron con varios estudios de caso, para ver cómo informar sobre una noticia desde el punto de vista de los derechos humanos. Además, en cualquier momento del proceso podían llamar a un número de teléfono de ayuda establecido expresamente para el concurso en el que formular preguntas o pedir asesoramiento sobre el proyecto de investigación.

“Nuestro objetivo es que las y los estudiantes se involucren en un debate en torno a los derechos humanos, que les capacitaría para emprender acciones en la campaña Mi Cuerpo Mis Derechos. Nos daba miedo que los más jóvenes tuvieran dificultades para entender conceptos como el de matrimonio forzado, o para analizar casos de fuera de nuestras fronteras, por ejemplo de Nepal o de Burkina Faso; no obstante, había elementos que sí se eran pertinentes en el contexto danés. También nos preocupaban los problemas que podían tener los estudiantes varones para comprender determinados temas, ya que los derechos sexuales y reproductivos son, en numerosos aspectos, derechos de la mujer. Pero la evaluación que llevamos a cabo después, demuestra que no fue así”, concluye Lisa.

En mayo, en el Palacio de la Prensa de Copenhague, se dieron a conocer los nombres de las y los ganadores del concurso en presencia una parlamentaria y de los redactores jefe de los periódicos participantes. Fue una inyección de estímulo para quienes aspiraban a ser periodistas de entre el grupo de estudiantes. “Para elegir el mejor periódico estudiantil, hemos buscado artículos que ofrecieran una reflexión original y valiosa, artículos en los que los estudiantes hubieran llevado a cabo sus propias entrevistas e investigaciones”, explica.

Se concedieron premios al mejor periódico y a la mejor página web en dos categorías: de 12 a 13 años y de 14 a 16. Además, una escuela de enseñanza secundaria de Copenhague recibió un premio especial por el esfuerzo dedicado a las entrevistas en la calle y a la recogida de firmas para la campaña. “Me enorgullece que nos hayan concedido un premio por las acciones especiales que hemos llevado a cabo”, declara una de las galardonadas en una entrevista con los medios de comunicación locales.