Las autoridades egipcias han respondido al informe de Amnistía Internacional titulado Crushing Humanity: the abuse of solitary confinement in Egypt’s prisons negando el uso generalizado del régimen de aislamiento prolongado. Su respuesta confirma que la supervisión judicial y la observación de los derechos humanos en las cáceles egipcias son inadecuadas e ineficaces.
Amnistía Internacional escribió a las autoridades egipcias los días 16 y 17 de abril de 2018, adjuntándoles un memorando donde se resumen las conclusiones del informe sobre el uso del régimen de aislamiento con los presos y presas detenidos por cargos de motivación política y solicitando sus comentarios y aclaraciones. La respuesta de las autoridades, de 14 páginas, se recibió el 3 de mayo de 2018.
“Aunque sin duda nos satisface tener la oportunidad interactuar con el gobierno egipcio, nos decepciona que se estén centrando en la diferencia entre tipos de celdas en lugar de afrontar sus responsabilidades con arreglo al derecho de los derechos humanos. Encerrar a personas presas en celdas de aislamiento durante 23 o 24 horas al día durante meses y años enteros es trato cruel, inhumano y degradante con arreglo al derecho internacional”, ha declarado Najia Bounaim, directora de campañas de Amnistía Internacional para el norte de África.
“La situación de los derechos humanos en Egipto está en crisis y las cárceles del país son lugares donde los ejemplos de crueldad y trato inhumano se hacen especialmente patentes.”
Las autoridades egipcias niegan que el uso del régimen de aislamiento prolongado sea una práctica extendida, afirmando que hay una diferencia entre una celda de aislamiento y recluir a presos en “celdas individuales”. Sin embargo, lo que constituye régimen de aislamiento es la reclusión en una celda de aislamiento durante más de 22 horas al día más de 15 días, y no el tipo de celda.
En referencia a la famosa cárcel de Al Aqrab, las autoridades argumentan que se construyó con muchas “celdas individuales.” Pero en esta cárcel Amnistía Internacional documentó la existencia de presos sometidos a confinamiento prolongado e indefinido en régimen de aislamiento, encerrados solos en sus celdas durante semanas y sin poder recibir visitas familiares durante meses.
En su respuesta, las autoridades egipcias también confirman que los presos y presas en espera de ejecución pasan años recluidos en régimen de aislamiento, y afirman que se trata de una práctica “normal”, a pesar de que está prohibida por el derecho internacional de los derechos humanos.
En el memorando enviado a las autoridades de Egipto, Amnistía Internacional describió un caso especialmente atroz de reclusión prolongada e indefinida en régimen de aislamiento que la organización ha concluido que constituye tortura. Se trata del caso de Essam Haddad, ex asesor presidencial de Mohamed Morsi, que lleva recluido en régimen de aislamiento prolongado e indefinido un promedio de 23 horas al día desde septiembre de 2013, y no puede recibir visitas familiares desde octubre de 2016. En su respuesta, las autoridades egipcias no negaron ninguno de los datos sobre su trato, y sólo hicieron referencia a la cantidad de dinero que tiene en su cuenta del comedor de la cárcel.
Las autoridades también niegan haber prohibido las visitas familiares al periodista y defensor de los derechos humanos Hisham Gaafar, y afirman que recibe visitas periódicas de su familia, algo que ha desmentido su esposa, Manar El Tantawie.
“La última vez que pude visitar a Hisham fue en diciembre de 2017. Y lo de no poder recibir visitas de familiares no le ocurre sólo a él, sino también a muchos de los presos de la cárcel de Al Aqrab.” Declaraciones de Manar El Tantawie a Amnistía Internacional el 6 de mayo de 2018
Las autoridades egipcias afirmaron que en 2017 la fiscalía había realizado sólo 15 visitas a 15 cárceles. Esto confirma que la supervisión de las prisiones por parte de la fiscalía es sumamente inadecuada, y por tanto ineficaz. En Egipto hay al menos 47 cárceles adscritas al Departamento de Prisiones, y 137 adscritas pertenecen a la Dirección de Seguridad de diferentes gobernaciones. Según las leyes del país, los fiscales deben visitar periódicamente las cárceles en visitas sorpresa o anunciadas.
“La falta de inspección periódica de las cárceles por parte de los fiscales contribuye al nivel sorprendentemente bajo de protección de los reclusos frente a los funcionarios de prisiones que violan sus derechos con total impunidad”, ha declarado Najia Bounaim.
Aparte de éste, el otro mecanismo de control de las condiciones de reclusión es el Consejo Nacional de Derechos Humanos, organismo semioficial al que, según han revelado las autoridades egipcias, sólo se le ha permitido realizar 18 visitas entre 2013 y 2016.