Ante la petición de la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) de que se abra una investigación sobre el conflicto de Afganistán, el jefe del Equipo de Justicia Internacional de Amnistía Internacional, Solomon Sacco, ha declarado:
“Se trata de un hito para la CPI. La justicia para las víctimas del conflicto de Afganistán ha tardado demasiado tiempo en llegar, pero investigaciones como ésta son la razón por la que fue creada la Corte: proporcionar una última oportunidad para que se haga justicia cuando los Estados Parte no la han impartido.”
“La decisión de la fiscal de solicitar la apertura de una investigación sobre todas las partes del conflicto es un importante paso para exigir cuentas a los responsables de crímenes de derecho internacional perpetrados en Afganistán desde 2003 y para proporcionar verdad, justicia y reparación a las víctimas.”
“Las dificultades políticas y logísticas a las que se enfrenta la Corte son inmensas. Las mayores potencias del mundo y otros Estados Partes de la CPI tienen intereses en Afganistán y es posible que la Corte investigue a ciudadanos suyos. Todas las personas que apoyamos la justicia internacional y todos los Estados Partes en la CPI debemos ahora apoyarla.”
“La CPI dependerá de sus Estados miembros para superar las dificultades de esta investigación. Estos Estados deberán defenderla firmemente proporcionándole seguridad y recursos adecuados en Afganistán y cooperando con sus investigaciones, incluida la reubicación de testigos. Es hora de que los Estados que se han comprometido con la justicia internacional y el fin de la impunidad cumplan estos compromisos.”
Información general
Durante los últimos doce años, Amnistía Internacional ha expresado su preocupación por los presuntos crímenes de derecho internacional y otras graves violaciones y abusos contra el derecho internacional en Afganistán —incluidos homicidios ilegítimos, tortura y detención arbitraria— cometidos por todas las partes en el conflicto.
Esto incluye agresiones contra civiles a manos de los talibanes y sus aliados, así como tortura y otros malos tratos presuntamente cometidos por las fuerzas gubernamentales afganas y sus aliados de EE. UU. y la coalición.