El gobierno afgano y las fuerzas talibanes deben facilitar urgentemente que la ayuda humanitaria llegue de forma rápida y sin obstáculos a Kunduz, donde miles de civiles están atrapados en condiciones cada vez más terribles, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
La organización ha entrevistado a personal médico y civiles atrapados en Kunduz en medio de los combates tras el ataque lanzado por los talibanes el 3 de octubre. Los relatos de las personas residentes en Kunduz son preocupantes, ya que en la ciudad se han agotado los suministros de alimentos y agua y no hay electricidad. El hospital civil no tiene suministros médicos y el 5 de octubre fue atacado con cohetes y disparos.
“La población civil de Kunduz vuelve a estar al borde del abismo, y el tiempo se acaba. A menos que todas las partes en el conflicto accedan a crear un corredor humanitario que permita huir a la población civil e introducir ayuda vital, pronto se producirá una devastadora crisis humanitaria”, ha dicho Champa Patel, directora regional para Asia Meridional de Amnistía Internacional.
“El derecho internacional humanitario prohíbe claramente lanzar ataques contra o desde zonas civiles, y los presuntos responsables de tales ataques deben ser llevados ante la justicia para ser juzgados con garantías.”
Testimonios desde Kunduz
Una mujer de Kunduz describió los ataques indiscriminados de los talibanes contra la ciudad:
“[Los] talibanes bombardean indiscriminadamente y algunos cohetes han caído en zonas civiles, dos de ellos en el patio del hospital de Kunduz. La gente no puede llevar a los heridos al hospital ni enterrar a los muertos debido a los intensos combates que hay en la ciudad, y tampoco hay servicio de ambulancias para trasladar a las víctimas a los hospitales.”
Un médico del hospital civil de Kunduz denunciaba que se estaban agotando los suministros médicos y que los combatientes talibanes acosaban al personal médico: “Los talibanes vienen [al hospital] y piden a los médicos que les proporcionen material médico o los amenazan, [ordenándoles] que vayan al frente y traten a sus soldados heridos.”
El hospital está escaso de personal y ya no tiene suministros médicos ni comida para los pacientes. La mayoría de los miembros del personal llevan varias noches sin dormir, afirmó. Una doctora informó de que desde el inicio del conflicto el hospital de Kunduz había atendido a más de 200 personas heridas. Algunas habían abandonado ya el centro, pero la mayoría de ellas habían tenido que ser hospitalizadas debido a la gravedad de sus heridas.
Otro médico dijo también a Amnistía Internacional que, debido a la escasez de suministros y a los constantes bombardeos contra el hospital, la mayoría de los pacientes que no tienen relación con el conflicto, así como algunos heridos, habían sido trasladados a las provincias vecinas por sus familiares. Sin embargo, no se sabe si estas personas habían conseguido escapar, pues todas las carreteras de salida de la ciudad están bloqueadas o sitiadas.
Una familia dijo a Amnistía Internacional que uno de los hermanos había resultado herido el martes por la noche en un ataque con cohetes de los talibanes, pero que los intensos combates les habían impedido llevarlo al hospital. La familia se había quedado sin alimentos y todas las tiendas estaban cerradas.
Crisis de desplazamiento
Los nuevos combates han generado asimismo otra oleada de civiles que huyen de Kunduz, que se añaden a las aproximadamente 1,2 millones de personas desplazadas internamente y necesitadas de ayuda humanitaria urgente en todo el país. Según la oficina de gobernación de la vecina provincia de Takhar, en los últimos dos días han llegado a esta provincia miles de civiles huyendo de Kunduz, a quienes las autoridades harán todo lo posible por ayudar, pero la carencia de recursos es grave.
El 5 de octubre se clausuró en Bruselas una gran conferencia internacional de donantes, con nuevos compromisos por valor de 15.200 millones de dólares estadounidenses a lo largo de los próximos cuatro años. Pero parte de estos compromisos dependen de que el gobierno afgano acepte a las personas solicitantes de asilo devueltas desde la Unión Europea.
“Tras 15 años del actual conflicto en Afganistán, más de un millón de personas desplazadas internamente y miles de civiles actualmente a merced de los ataques en Kunduz y en otros lugares necesitan con urgencia este aumento de la ayuda humanitaria. Es preciso garantizar la ayuda internacional en función de las necesidades existentes, no de unos intereses políticos encaminados a liberar a los gobiernos de la UE de su obligación con respecto a las personas solicitantes de asilo”, ha dicho Champa Patel.