En el contexto del Día Mundial de la Salud Sexual, Amnistía Internacional y la Red Abortando los Mitos de la Sexualidad (RAMS), a través del proyecto “Es mi Cuerpo”, presentan la campaña “Educación sexual sí, pero que sea integral”. La organización, ha trabajado por más de 4 años con jóvenes en diferentes territorios de Chile empoderándoles en la comprensión y el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos. En este marco, ha identificado la necesidad urgente de que se implemente en el país una verdadera Educación Sexual Integral (ESI).
Si bien, la legislación chilena, específicamente la Ley 20.418 sobre regulación de la fertilidad, solicita a las escuelas tener planes de educación sexual, solamente lo exige a partir de enseñanza media y no especifica los términos de dicha educación sexual.
“En Chile existe, desde los años 90, alguna forma de educación sexual a nivel escolar. El problema es que, de acuerdo a estudios previos y lo que desde la organización hemos podido observar directamente, la educación es intermitente, tardía y no cumple con lo necesario para ser considerada una educación sexual verdaderamente integral”, explica Ana Piquer, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Chile.
Para Amnistía Internacional es urgente que la ESI llegue a los establecimientos educacionales y que el componente “integral” asegure que la información entregada sea científicamente precisa, gradual, adecuada a cada edad y etapa del desarrollo de las personas. Y, por supuesto, que tenga a la base un enfoque de género y derechos humanos, tal como lo reconocen diversos organismos internacionales, entre ellos, la Unesco.
Según el estudio “Juventud y Sexualidad” desarrollado por Amnistía Internacional en 2016 en alianza con el Centro de Estudios de la Niñez (CEN) de la Corporación Opción, y recientemente algunas consultas exploratorias realizadas por la organización a jóvenes de diferentes lugares de Chile, la mayoría de ellos/as/es dice haber recibido algún tipo de información sobre sexualidad y afectividad en sus escuelas. Sin embargo, esta educación recibida cuenta con múltiples falencias: no se afronta con una mirada de derechos humanos y con frecuencia tiene un abordaje sesgado y que perpetúa ciertos roles estereotipados abordando de manera dispar la diversidad sexual y de géneros. Además, no incluye información sobre interrupción del embarazo en tres causales o anticoncepción de emergencia, y no asegura que la educación sexual se produzca en un espacio ausente de discriminación y violencia.
“Como jóvenes estamos contribuyendo con talleres y actividades para que en diferentes territorios de Chile haya ESI, y con la experiencia de trabajar en regiones tales como Atacama, Metropolitana, Maule, Biobío y Magallanes nos hemos dado cuenta de las vulneraciones que viven a diario jóvenes como nosotros/as/es. Educarnos y empoderarnos es clave para exigir la ESI, es por esto que hoy pedimos cambios en las políticas públicas para que el Estado se haga cargo de garantizar este derecho humano. Y, en tanto, nosotras/os/es seguiremos dándolo todo para impulsar este proceso de cambio”, señala la Red de jóvenes Abortando Mitos de la Sexualidad.
Por otra parte, hay que entender que la educación sexual integral se presenta como un factor protector para hacer frente a la violencia de género, abuso sexual, embarazo adolescente, transmisión de VIH Sida, entre otros. Por lo que esto aumenta la urgencia de facilitar toda la información y herramientas necesarias a niños/as/es y jóvenes con el fin de resguardar su salud física y mental.
En consecuencia, es necesario que el Estado asuma una mayor responsabilidad en el resguardo de estos derechos, regulando una educación sexual integral basada en evidencia y sin sesgos, inclusiva y no discriminatoria, y que abarque las diferentes dimensiones de la afectividad, la sexualidad y la reproducción en toda su diversidad.
En concreto, las recomendaciones dirigidas al Estado de Chile son las siguientes:
- Que la ley y reglamentos exijan no solo educación sexual, sino educación sexual integral y desde una edad temprana. Esto requiere que el Congreso avance en la tramitación de los proyectos de ley sobre la materia y se asegure que los textos que se aprueben cumplan con estas condiciones.
- Que las leyes existentes y vigentes sobre educación, sexualidad, género, afectividad y derechos humanos se implementen y garanticen. Esto requiere que las autoridades cumplan con su obligación de garantizar la educación sexual integral en el sistema educativo. También debe incluir generar un trabajo intersectorial fuerte, con un marco claro y consensuado entre los ministerios y programas que tienen competencia en la temática y asegurar que existan evaluaciones de impacto y resultados.
- Que las universidades garanticen que sus políticas y currículos académicos permitan formar profesionales de la educación con conocimientos en sexualidad, género, afectividad, derechos humanos y en conocimiento de sus obligaciones legales como garantes de derechos. Esto debe incluir una oferta de formación continua en la materia a profesionales de la educación actualmente ejerciendo.
- Que escuelas y liceos garanticen la educación sexual integral, los derechos sexuales y reproductivos y los derechos humanos en todos los establecimientos, realizando las modificaciones que sean necesarias en sus políticas internas y currículos escolares.
Nota:
- En este comunicado e informe de la campaña se usa el lenguaje inclusivo “e” para integrar también a las personas trans y/o no binarias.
- Link de acción online para invitar a la ciudadanía firmar la petición a favor de la Educación Sexual Integral: https://bit.ly/2krK0el
- Link de informe “Educación sexual sí, pero que sea integral” : https://bit.ly/2krJJbj
- Link fotos lanzamiento campaña: https://drive.google.com/drive/folders/1DuS8CHn1hQWc69cpdTEut_54qc8j7JP8?usp=sharing