Ante los informes que indican que el gobierno chino se dispone a aumentar de dos a tres el límite establecido sobre el número de descendientes que pueden tener las parejas casadas, Joshua Rosenzweig, director del Equipo de China de Amnistía Internacional, ha declarado:
“No incumbe a los gobiernos regular cuántos hijos o hijas tiene la gente. En lugar de ‘optimizar’ su política de natalidad, China debería respetar las opciones vitales de las personas y poner fin a todo control invasivo y punitivo de las decisiones individuales sobre planificación familiar.
“En virtud de esta política seguirá penalizándose a parejas por sus decisiones sobre el nacimiento de sus hijos o hijas. Elevar el límite de dos a tres no hará que China esté más cerca de cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos. Toda persona, con independencia de su estado civil, debe poder ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, incluido el de decidir si quiere tener descendencia y cuándo.”
Información complementaria
Según la agencia de noticias Xinhua, este cambio en la política de natalidad de China fue objeto de deliberación en una reunión del Comité Central del Partido Comunista Chino celebrada el lunes, que estuvo presidida por el presidente del país, Xi Jinping.
Con arreglo a la nueva política, las parejas casadas podrán tener hasta tres hijos o hijas. Xinhua comunicó que los planes de “optimización de la política de fertilidad” incluirían “medidas de apoyo conducentes a mejorar la estructura demográfica del país”.
En 2016, China puso fin a su política de un solo descendiente y elevó el límite a dos descendientes en un intento de contrarrestar el envejecimiento de la población.