En el contexto de la pandemia, como Amnistía Internacional seguimos en un rol de constante vigilancia acerca de la situación de derechos humanos en el país. En esta editorial, destacaremos semanalmente algunos temas de preocupación o avances importantes que vemos en esta labor de monitoreo.
Por Ana Piquer, Directora Ejecutiva de Amnistía Internacional – Chile.
El año entre el 18 de octubre de 2019 y el 18 de octubre de 2020 han sido tiempos extraños y difíciles para Chile. Pasamos de las manifestaciones masivas y una grave crisis de derechos humanos debido al actuar policial, a la crisis sanitaria y social ocasionada por la pandemia. Todo esto nos ha permitido ver con más claridad cómo las desigualdades existentes en el país llevan, en definitiva, a violaciones de derechos humanos, tanto civiles y políticos, como económicos, sociales y culturales. Y esto sigue presente: por eso miles de personas se manifestaron pacíficamente el pasado 18 de octubre.
En nuestro informe “Ya no podemos ser pacientes”, abordamos cómo las desigualdades afectaron a trabajadoras/es de la salud y, en definitiva, en el derecho a la salud de todas las personas.
En el reciente informe “Ojos sobre Chile”, sobre las violaciones de derechos humanos en el marco del estallido social, dijimos que se debe asegurar justicia y reparación para las víctimas. Todo actuar policial excesivo, o que se sospeche que es excesivo, debe ser investigado, tanto en investigaciones internas efectivas como en el sistema de justicia penal. Todo, ya sea casos de antes del estallido, hasta casos recientes como el del joven que murió por un disparo de Carabineros en La Victoria. Todos deben ser investigados. También se necesita una reforma estructural a Carabineros, avanzando en términos concretos y no solo con anuncios de comisiones e informes.
Esta semana tenemos la oportunidad de abrir una vía para encontrar soluciones: iniciar la discusión de una nueva Constitución y asegurar que ésta garantice los derechos humanos de todas las personas por igual. Las desigualdades no terminarán mágicamente con la nueva Constitución, pero sí da una oportunidad para tener un marco general que permita efectivamente combatir las desigualdades.
Esta semana toca cuidarnos, asegurarnos de tener nuestra cédula de identidad, mascarilla y lápiz de pasta azul e ir a votar el domingo, para obtener el triunfo del apruebo con gran participación y gran mayoría.