Anoche se envió un claro mensaje a los y las dirigentes europeos con la proyección en un lado de la Acrópolis de un enorme letrero que rezaba “Bienvenida a las Personas Refugiadas”.
La acción, organizada por Amnistía Internacional, tiene como fin llamar la atención hacia el sufrimiento de las personas refugiadas que están atrapadas en las islas griegas debido al acuerdo UE-Turquía, cuyo tercer aniversario se conmemora hoy.
“Tres años después de que se implementase el acuerdo UE-Turquía, es vital que esta petición de humanidad se vea no solo en Atenas, sino en toda Europa”, afirmó Fotis Filippou, director de Campañas para Europa de Amnistía Internacional.
“La situación que viven miles de personas migrantes y refugiadas en las islas es una espina clavada en la conciencia de Europa. Cualquier que contemple la Acrópolis puede ver miles de años de civilización. Cualquiera que mire los campos de personas refugiadas en las islas griegas verá que nuestros dirigentes no han aprendido nada.
“Es hora de que nuestros líderes y lideresas pongan en primer lugar la humanidad. Deben poner fin a la tragedia que viven miles de personas como consecuencia del acuerdo UE-Turquía y actuar ya para garantizar que las que están atrapadas en la miseria más absoluta en las islas son trasladadas por fin a lugar seguro en la región continental de Grecia y desde allí a otros Estados europeos”.
Material audiovisual y cinta B de la acción disponibles aquí: https://amnesty.box.com/s/koxyiktsamfmo4drokabhonw94du0r6g
Información complementaria
El gigantesco mensaje “Humanidad primero, bienvenida a las personas refugiadas” fue proyectado sobre un lado de la Acrópolis.
El acuerdo UE-Turquía es una declaración de cooperación entre los Estados de la Unión Europea y el gobierno turco con el fin de devolver a Turquía a las personas que llegan a las islas griegas sobre la premisa de que Turquía es un lugar seguro para ellas. El acuerdo afecta también a personas solicitantes de asilo y migrantes en situación de vulnerabilidad. El resultado, en la práctica, es una política de contención en cuya virtud las personas quedan atrapadas en puntos críticos griegos durante largos periodos.
En la actualidad hay más de 15.000 personas en los “puntos críticos” de las islas griegas, más de la mitad de las cuales son mujeres y menores de edad. La mayoría está en campos superpoblados y muchas duermen en tiendas y contenedores inadecuados, expuestas a riesgos para su seguridad. Solamente el campo de la isla de Samos alberga a más de 4.000 personas, cifra que excede más de cinco veces su capacidad.
Sobre el papel, el acuerdo iba a ir acompañado de un “plan 1:1”: el compromiso de reasentar a una persona siria en un Estado miembro de la UE por cada persona siria devuelta desde Grecia a Turquía. Sin embargo, las cifras muestran que en 2018 sólo se han llevado a cabo unos 8.000 reasentamientos de personas sirias, mientras hay aún alrededor de 3,6 millones en Turquía. Paralelamente, del total de 32.494 personas llegadas por mar a Grecia en 2018, sólo fueron devueltas 322 a Turquía.