Ante los informes que indican que las autoridades iraníes han afirmado que no entregarán el cadáver del profesor universitario iranocanadiense Kavous Seyed-Emami a su familia a menos que ésta proceda a su inhumación inmediata, sin intentar realizar una autopsia independiente, Magdalena Mughrabi, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, ha declarado lo siguiente:
“La negativa de las autoridades a permitir una investigación independiente sobre la muerte de Seyed-Emami, ocurrida en circunstancias sumamente sospechosas, suena a intento deliberadamente organizado de encubrir toda evidencia de tortura y posible asesinato. Estaba recluido en la prisión de Evín, donde los internos son despojados de todas sus pertenencias y están sometidos a vigilancia constante. Es prácticamente imposible que pudiera suicidarse.
“Nos inquieta profundamente que el cadáver de Seyed-Emami pueda presentar señales incriminatorias de tortura y otras pistas sobre la causa de su muerte. Pedimos al gobierno de Canadá y a la comunidad internacional que continúen presionando a las autoridades iraníes a fin de que autoricen una investigación independiente sobre las circunstancias de la muerte de Seyed-Emami con arreglo a las normas internacionales. Los responsables, incluidas las personas con responsabilidad de mando, deben comparecer ante la justicia.”
La muerte de Kavous Seyed-Emami es la tercera que las autoridades iraníes califican de suicidio bajo custodia a toda prisa desde que estallaron las protestas en diciembre de 2017. Una cuarta muerte en detención, que también ha sido confirmada, sigue sin ser explicada por las autoridades.
“La acumulación de casos de muerte bajo custodia y la negativa de las autoridades a permitir investigaciones independientes y transparentes son ejemplos profundamente inquietantes del absoluto desprecio por la vida humana y la rendición de cuentas que existe en el sistema de justicia penal iraní en la actualidad”, ha afirmado Magdalena Mughrabi.
En una declaración realizada el 11 de febrero, el fiscal jefe de Teherán declaró que las “confesiones” del propio Kavous Seyed-Emami y las declaraciones incriminatorias de otros sobre él lo habían llevado a suicidarse. En vista de los comentarios sobre sus “confesiones”, la preocupación de que fuera sometido a tortura es aún mayor.
Había sido detenido el 24 de enero de 2018 y estaba siendo interrogado por cargos relacionados con la seguridad nacional a raíz de su activismo pacífico en defensa del medio ambiente, por lo que era considerado preso de conciencia.