La flagelación pública llevada a cabo el martes en Irán de un joven declarado culpable de consumir alcohol hace más de un decenio, cuando tenía 14 o 15 años, pone de manifiesto la inhumanidad de un sistema de justicia que legaliza la brutalidad. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.
“Las circunstancias de este caso son absolutamente aterradoras, y constituyen un espantoso ejemplo más de las distorsionadas prioridades de las autoridades iraníes. Nadie, independientemente de su edad, debe ser objeto de flagelación; que un niño fuera procesado por consumir alcohol y condenado a 80 azotes excede toda imaginación”, ha manifestado Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“El prolífico uso que las autoridades iraníes hacen del castigo corporal, incluso contra menores de edad, demuestra un terrible desprecio por la humanidad básica. Deben abolirse de inmediato todas esas formas de castigo, que en Irán, además de la flagelación, incluyen la amputación y la ceguera.”
La flagelación pública tuvo lugar el 10 de julio en la plaza de Niazmand, Kashmar, provincia de Jorasán Razaví, donde el hombre, conocido únicamente como M. R., recibió 80 azotes en la espalda. Los medios de comunicación locales han publicado una fotografía en la que se ve al joven atado a un árbol mientras es flagelado por un hombre enmascarado, mientras una multitud observa desde lejos.
Según el fiscal de Kashmar, M. R. consumió alcohol durante una boda en la que una discusión provocó una pelea que se saldó con la muerte de un joven de 17 años. El fiscal ha admitido que M.R. no estuvo implicado en la muerte, y que la condena de flagelación era sólo por beber alcohol.
Según el fiscal, el “delito” tuvo lugar en el año iraní de 1385 (de marzo de 2006 a marzo de 2007). M. R. nació en el año iraní de 1370 (de marzo de 1991 a marzo de 1992), lo que significa que en el momento del incidente tendría 14 o 15 años. La condena de flagelación se dictó hace 10 años, en 1386 (de marzo de 2007 a marzo de 2008). Amnistía Internacional no tiene claro por qué la condena se ha ejecutado después de más de un decenio.
Las autoridades judiciales iraníes han impuesto y ejecutado diversas formas de pena cruel en 2018, incluida la amputación de la mano a un hombre por robar.
“El uso de penas crueles e inhumanas como la flagelación, la amputación y la ceguera son una terrible agresión a la dignidad humana, y violan la prohibición absoluta de la tortura y otros tratos o penas degradantes establecidos por el derecho internacional”, ha manifestado Philip Luther.
“Como Estado Parte en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Irán tiene la obligación legal de prohibir la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes. Es sencillamente inaceptable que las autoridades iraníes sigan permitiendo esas penas y justificándolas en nombre de la protección de la moral religiosa.”
Información complementaria
El artículo 265 del Código Penal Islámico establece que la pena por consumo de alcohol por parte de un musulmán es de 80 azotes.
La legislación iraní prevé más de 100 “delitos” punibles con la flagelación. Esos delitos incluyen el robo, la agresión, el vandalismo, la difamación y el fraude. También abarcan actos que no deberían ser penalizados, como el adulterio, las relaciones íntimas entre un hombre y una mujer que no están casados, la “infracción de la moral pública” y las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo.
En enero de 2016, el Comité de los Derechos del Niño, órgano de la ONU que vigila la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño por los Estados Partes, instó a Irán a que “derogue de inmediato todas las disposiciones que autorizan o toleran los tratos crueles, inhumanos o degradantes contra los niños”.