Una encuesta mundial sobre las actitudes hacia la tortura, realizada en 2014 en 21 países, reveló que la inmensa mayoría de las 21.000 personas encuestadas cree que debería haber leyes claras contra la tortura. Y con toda razón.
La tortura es ilegal, bárbara e inhumana, y no tiene justificación en ningún caso. Está prohibida internacionalmente desde 1948, pero sigue siendo una práctica generalizada en muchos países, entre ellos China.
El último informe de Amnistía No End In Sight: Torture and Forced Confessions in China revela que el sistema de justicia penal de China aún depende en gran medida de confesiones forzadas, generalmente obtenidas mediante tortura, y que los abogados que intentan plantear los casos de tortura también son sistemáticamente ignorados, hostigados o incluso detenidos y torturados.
He aquí un breve resumen de los hechos:
QUIÉN
La tortura en China es especialmente frecuente contra presuntos delincuentes detenidos en espera de juicio, es decir, antes de que sean juzgados. Las personas que en opinión del gobierno representan riesgos políticos corren un peligro especial de sufrir tortura. Entre ellas figuran defensores y defensoras de los derechos humanos, funcionarios detenidos por corrupción, adeptos de Falun Gong y tibetanos y uigures sospechosos de “separatismo”. A medida que los abogados se han mostrado cada vez más dispuestos a plantear casos de tortura, algunos también han acabado detenidos y torturados por la policía.
QUÉ
La tortura suele tener lugar cuando alguien que tiene autoridad causa de forma intencionada dolor o sufrimiento intenso con un fin concreto, como obtener información o en represalia contra alguien. En China la tortura se lleva a cabo con frecuencia en centros de detención y en instalaciones no oficiales, y corre a cargo de funcionaros de prisiones o de la policía, o de reclusos instigados por funcionarios.
POR QUÉ
En China la tortura se usa para lograr dos objetivos principales: el primero, para extraer confesiones y obtener pruebas para enjuiciamientos criminales, y el segundo, para castigar. Por ejemplo, el informe No End in Sight cuenta en detalle la experiencia del activista Yang Mingyu, tal como la refirió su abogado. Yang Mingyu estuvo tres días con una mano y los pies esposados a una cama como represalia por quejarse de la calidad de la comida que se le suministraba bajo custodia. En consecuencia, tuvo que comer, orinar y defecar amarrado a la cama.
CÓMO
La tortura puede ser física, como asestar golpes a la víctima u obligarla a mantener una posición dolorosa, o puede ser psicológica, como la privación de sueño. A continuación enumeramos algunos métodos e instrumentos que se utilizan de forma habitual en China:
• Banco del tigre
Se atan con fuerza las piernas de la persona a un banco, y se agregan gradualmente ladrillos bajo los pies de la víctima, haciendo que las piernas se doblen hacia atrás.
• “Diaodiaoyi” (Silla de sujeción colgante)
La persona sentada en esta silla de sujeción no podrá inclinarse hacia atrás ni apoyar los pies en el suelo para descansar. El pecho estará atado a una tabla mientras las manos están esposadas, por lo que todo el cuerpo quedará inmovilizado.
• Privación del sueño por medios como la exposición a luces intensas sobre la cama
• Exposición a calor o frío extremos
• Uso de esposas, grilletes u otros instrumentos de restricción durante periodos prolongados, incluido el uso de una silla llamada “silla de hierro”
“Me esposaron las manos detrás de una silla de hierro (en la que me obligaron a sentarme). Como soy chiquito, mis manos apenas podían llegar al respaldo de la ancha silla pero los agentes lo hicieron por la fuerza. Los bordes afilados de la silla y de las esposas me hicieron cortes. Podía sentir todos los músculos y articulaciones totalmente estirados y las manos hinchadas; sentía tanto dolor que no quería vivir. Los dos agentes de policía tiraban una y otra vez de las esposas y yo gritaba cada vez que lo hacían.“
Yu Wensheng, abogado chino