“Las autoridades estatales deben actuar con prontitud para esclarecer las circunstancias en que 11 personas fallecieron e investigar de forma efectiva, independiente e imparcial el uso de la fuerza letal por parte de los agentes estatales para llevar a los responsables ante la justicia.
Las autoridades deben asimismo garantizar todos los derechos humanos de las 30 personas que permanecen detenidas, y asegurar que tengan acceso cuanto antes a representación legal de su elección y a los servicios médicos que pudieran requerir, así como permitir que puedan comunicarse y recibir visitas de sus familiares. Es fundamental que las autoridades den a conocer a la brevedad un listado de todas las personas detenidas, su situación jurídica y física, y el lugar en que se encuentran detenidas. De no existir ninguna acusación en su contra, deben ser inmediatamente liberadas.”