- Aung San Suu Kyi se enfrenta a siete cargos y decenas de años de cárcel mientras la Asamblea General de la ONU se dispone a votar una resolución histórica sobre Myanmar.
- Desde el golpe han muerto más de 800 civiles —58, menores— han sido detenidas más de 4.800 personas y se han visto desplazadas más de 100.000 sólo en el estado de Kayah.
- Los países de la ASEAN juegan un papel fundamental. Deben apoyar el llamamiento a un embargo de armas de la ONU o en la práctica estarán sirviendo de escudo protector para los crímenes del ejército contra la población civil.
- El llamamiento de un alto dirigente de la ASEAN para que se ponga en libertad a la oposición política es un paso positivo, pero debe ser seguido por otros Estados de la ASEAN.
La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) debe dejar de proteger al ejército de Myanmar de la presión y la rendición de cuentas internacional, ha declarado hoy Amnistía Internacional mientras la crisis de derechos humanos del país sigue empeorando dramáticamente.
El juicio de Aung San Suu Kyi comenzó el 14 de junio y Amnistía Internacional insta además a todos los Estados miembros de la ASEAN a que respalden por fin los llamamientos en favor de la liberación de todas las personas detenidas arbitrariamente en el país y apoyen las medidas para detener la afluencia de armas al ejército de Myanmar.
“El acostumbrado compromiso de no injerencia de la ASEAN está facilitando los letales desmanes del ejército, agravando una crisis humanitaria y de derechos humanos que arruinará tanto la credibilidad del grupo como la propia estabilidad que trata de defender”, ha afirmado Emerlynne Gil, directora regional adjunta de Investigación de Amnistía Internacional.
“En Myanmar, millones de personas están perdiendo la fe en la ASEAN. Esta organización regional debe cambiar el rumbo y ofrecer un balón de oxígeno a la población de Myanmar respaldando los esfuerzos internacionales por proteger a la población civil y pedir la liberación de todas las personas detenidas arbitrariamente, incluida Aung San Suu Kyi.”
Aung San Suu Kyi se enfrenta actualmente a siete cargos. Si es declarada culpable, es posible que pase decenas de años en la cárcel y de hecho no podrá volver a ocupar su cargo. Está acusada de violar el artículo 55 de la Ley contra la Corrupción, la Ley de Secretos Oficiales, el artículo 67 de la Ley de Telecomunicaciones y la Ley de Exportaciones e Importaciones (por tener walkie-talkies en su casa). También se enfrenta a dos cargos en aplicación del artículo 25 de la Ley de Gestión de Catástrofes Naturales y está acusada de “incitación” en aplicación del artículo 505.b del Código Penal.
“El ejército está haciendo acopio de su arsenal de leyes represivas, incluidas algunas de la época colonial, en un intento desesperado de silenciar a Aung San Suu Kyi, a dirigentes de la oposición y a muchas otras personas que han expresado a las claras sus críticas y han sido detenidas de forma arbitraria”, ha afirmado Emerlynne Gil.
Las fuerzas de seguridad de Myanmar siguen matando, hiriendo y arrestando civiles. Desde el golpe del 1 de febrero, se calcula que 863 civiles, incluidos 58 menores, han sido asesinados, y un número incalculable de personas han resultado heridas, según datos de la Asociación de Apoyo a los Presos Políticos – Birmania (AAPPB). Siguen apareciendo informes de tortura y muertes bajo custodia. Continúan las restricciones en Internet, y la libertad de los medios de comunicación también está estrictamente limitada.
Mientras, los combates entre el ejército de Myanmar y organizaciones étnicas armadas y grupos de personas que protestan alzadas en armas se han agravado y se extienden por todo el país, causando muertes o heridas entre la población civil, dañando bienes civiles y desplazando a cientos de miles de mujeres, hombres, niños y niñas. Se calcula que sólo en el estado de Kayah (Karenni) los combates recientes, en los que ha habido ataques aéreos, han provocado el desplazamiento de unos 100.000 civiles que necesitan urgentemente ayuda humanitaria. En lo que va de año, unos 200.000 civiles han sufrido desplazamiento, cifra que se añade a las más de 300.000 personas ya desplazadas y que dependen de la ayuda humanitaria.
Una reunión de alto nivel pone en evidencia la titubeante diplomacia de ASEAN
El 4 de junio, una delegación de alto nivel formada por Lim Jock Hoy, secretario general de ASEAN, y Erywan Pehin Yusof, segundo ministro de Asuntos Exteriores de Brunéi, actual presidente de la organización, se reunió en Naipyidó, capital del país, con el líder golpista y jefe de las autoridades militares de Myanmar, General Min Aung Hlaing.
La reunión de alto nivel supuso pocos avances tangibles respecto al “consenso de cinco puntos” de la ASEAN sobre la crisis de Myanmar, incluidos llamamientos para el cese de la violencia, acceso humanitario y designación de un enviado especial de la ASEAN a Myanmar.
La ASEAN debe llevar a la práctica el llamamiento para que Myanmar ponga en libertad a las personas detenidas arbitrariamente
En una declaración efectuada tras la reunión se produjo un avance positivo: el presidente de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la ASEAN, Erywan Pehin Yusof, pidió que se pusiera en libertad a las personas detenidas por motivos políticos en Myanmar.
Según la Asociación de Apoyo a los Presos Políticos – Birmania (AAPPB), a 13 de junio eran 4.863 las personas detenidas o condenadas tras el golpe del 1 de febrero, incluidos los líderes y lideresas civiles elegidos en las urnas.
“Aunque tardío, el compromiso de un alto cargo de la ASEAN con la liberación de la oposición política es un paso esencial que acogemos con satisfacción, esperando que este planteamiento sea adoptado como punto de consenso por la ASEAN”, ha afirmado Emerlynne Gil. “También es preciso que quede claro que cualquier esfuerzo de mediación de la ASEAN sería prácticamente imposible si todas las partes interesadas clave están encarceladas.”
“La ASEAN debe tener como máxima prioridad exigir que el ejército de Myanmar ponga en libertad de inmediato no sólo a figuras políticas destacadas, sino a las miles de personas detenidas arbitrariamente, y pedir que se respeten a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica”, ha añadido Emerlynne Gil.
Escandalosa falta de avances desde la cumbre de urgencia de la ASEAN
El “consenso de cinco puntos” se acordó en una cumbre de urgencia celebrada el 24 de abril en Yakarta a la que asistió el general Min Aung Hlaing, pero desde entonces las autoridades militares de Myanmar han afirmado reiteradamente que no actuarían de acuerdo con este plan hasta que el país consiguiera la “estabilidad”. Después de esta cumbre de la ASEAN y hasta el 13 de junio, han perdido la vida otras 115 personas y hay 1.474 personas más condenadas o detenidas arbitrariamente.
“Los generales de la ASEAN se están burlando de los tibios esfuerzos de la ASEAN por liderar la respuesta internacional y siguen matando, encarcelando y agotando al país antes de que se haya secado la tinta del acuerdo del ‘consenso de cinco puntos’”, ha señalado Emerlynne Gil.
“El bloque regional debe apoyar los esfuerzos realizados en la ONU para proteger a la población civil, garantizar que se satisfacen de forma adecuada sus necesidades de ayuda humanitaria, detener urgentemente la afluencia de armas al ejército y conseguir que todas las personas detenidas de manera arbitraria sean puestas en libertad.”
Aumentan los llamamientos en la ONU en favor de un embargo mundial de armas a Myanmar
Los Estados de la ASEAN siguen negociando con los países que patrocinan una resolución de la Asamblea General de la ONU para abordar la crisis de derechos humanos en Myanmar, de los cuales sólo algunos de los miembros de la ASEAN apoyan un embargo integral de armas.
“La ASEAN debe apoyar la aprobación de una resolución de la Asamblea General de la ONU que exija la interrupción de las transferencias de armas al ejército de Myanmar. Cualquier otra cosa supondría una renuncia de la ASEAN a su papel de liderazgo en la crisis de Myanmar, y demostraría que apoya a un ejército que sigue matando y encarcelando a manifestantes desarmados y otros miembros de la población civil.
Incluso aunque se aprobara, un llamamiento de la AG para detener las transferencias sólo tendría fuerza moral y podría no disuadir a los principales proveedores de armas al ejército myanmaro, como China, Rusia e India. El Consejo de Seguridad de la ONU debe por tanto imponer un embargo integral y global de armas a Myanmar de obligado cumplimiento para todos los Estados a fin de detener el frenesí homicida del ejército contra su propia población.
“Bien sea por obstrucción deliberada o por desacuerdos internos, la ASEAN se ha convertido en un escudo protector para el ejército myanmaro a los niveles más altos de la diplomacia mundial. Los Estados que componen la ASEAN organización deberían más bien unirse contra las desenfrenadas atrocidades del ejército y respaldar urgentemente los llamamientos en favor de un embargo integral y global de armas a Myanmar.”