Verónica Vilches: “Me han amenazado de muerte”

Véronica Vilches es una mujer campesina, nacida y criada en Cabildo, Provincia de Petorca, Chile. Desde la niñez y gracias a su padre fue forjando su compromiso con la defensa del  agua y la naturaleza. Es en su lucha por el agua que se une al Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la protección del Medioambiente (MODATIMA).

A partir de 2015 es la presidenta del sistema de abastecimiento de agua potable rural (APR) de San José de Cabildo; cargo que desempeña de manera voluntaria y que permite abastecer de este vital recurso hídrico a más de mil personas de su comunidad. 

Su compromiso ha sido con sus vecinos/as, para que a nadie le falte agua. Pero también han sido años de vivir con miedo. “Cuando asumí esta labor empecé a sufrir mayor vigilancia y acoso”, reconoce. 

Verónica relata que en 2017 recibió una llamada telefónica de personas que se identificaron como Policías de Investigaciones (PDI) de Santiago, diciendo que necesitaban conocer el funcionamiento del pozo que ella administraba para abastecer de agua a su comunidad:

“En 2017, seis funcionarios de la PDI llegaron a la planta de abastecimiento de agua sin ningún documento. Me insistieron mucho en que hiciera funcionar el pozo y en cada momento tocaban sus armas, parecía que me querían confundir y atemorizar. Más tarde me dijeron que yo, desde ese momento, pasaba a ser imputada por sustraer agua para la comunidad de San José y me hicieron firmar unos papeles”.

Sin embargo, según las averiguaciones que hizo Amnistía Internacional en la Fiscalía Nacional, no existe registro de que se haya abierto nunca una causa en contra de Verónica Vilches.

Además, es usual que furgonetas y jeeps se aposten frente a su casa o en la sede de la APR a gritarle improperios. “Son vehículos con vidrios polarizados y sin patente. Incluso una de las veces, en 2019, cuando me dirigía a la planta de APR con otra operadora , un jeep plateado casi nos atropella” añade.

Un año más tarde, Verónica relata que cuando iba de regreso a su casa tras haber estado en la bomba de agua, un furgón de la policía se lanza contra ella. “Yo iba hablando por teléfono con audífonos. Un hombre me habló con tono alto, pero al darse cuenta de que yo hablaba con alguien me pidió disculpas y me solicitó que no comentara nada de lo sucedido. Los vidrios eran polarizados, así que solo alcancé a ver al conductor. Al día siguiente un carabinero de civil llegó hasta mi casa. Nuevamente me pidió disculpas y me solicitó que no contara nada de lo sucedido la noche anterior. Yo acepté en esa oportunidad pensando en proteger a mi familia”. 

Otro episodio grave, reciente y que se conoció a través de medios de comunicación, ocurrió el 13 de febrero de este año cuando la planta de agua apareció con un rayado amenazante que decía: “Muerte APR. Muerte Verónica Vilches”. “Tras esto, y sin haber dado ningún tipo de aviso, llegan a mi casa un teniente y dos policías. Vienen a tomar declaración de lo ocurrido. En ese momento me increpan por no haber ido a denunciar. Yo le expliqué que aún estaba en shock. Con todo lo vivido, la angustia y pena, perdí la voz durante unas horas”.

En marzo, la PDI de Los Andes informó a través de un llamado telefónico a Verónica Vilches que el caso sería archivado porque no había pruebas. Sin embargo, a los pocos días, y tras consultas iniciadas por Amnistía Internacional, otro PDI llega a su domicilio y la cita para que vaya a declarar a la Comisaría . A la fecha, no hay novedades con respecto a la investigación que está en la Fiscalía local. 

Lamentablemente, Verónica relata que en mayo de nuevo recibió otra  amenaza por parte de dos desconocidos. 

Estos son sólo algunos de los hechos a los que se suma el hostigamiento constante de algunas personas que se acercan tanto a su casa como a la APR a gritarle improperios como “terrorista”, “extremista” o “resentida social” sólo por exigir justicia y respeto por la naturaleza. “Me discriminan porque pienso diferente, se me odia porque exijo la verdad”.

La labor de Verónica y otras activistas de Mujeres Modatima es tan importante como el agua que defienden. No las podemos dejar solas.

#ProtecciónMujeresModatima