Las autoridades paquistaníes deben llevar a cabo una investigación independiente, exhaustiva y transparente sobre la tortura y muerte del activista político Aftab Ahmad mientras estaba bajo la custodia de los Rangers, una fuerza paramilitar bajo el mando del ejército paquistaní. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy.
Esta petición se realiza después de que el director general de los Rangers, el general de división Bilal Akber, admitiera que Aftab Ahmad había sido torturado bajo custodia y ordenara una investigación interna sobre las circunstancias de su muerte.
“No basta con que los Rangers se investiguen a sí mismos. En las horas transcurridas desde que se conoció la muerte de Aftab Ahmad, la fuerza paramilitar ha realizado una serie de declaraciones contradictorias que señalan un intento de engañar a la opinión pública y resistirse a rendir cuentas”, ha manifestado Jameen Kaur, directora adjunta de Amnistía Internacional para Asia meridional.
La escalofriante revelación de que Aftab Ahmad fue torturado y murió bajo custodia de los Rangers debe dar lugar a una investigación independiente, eficaz y transparente.
“Este no es un hecho aislado: hemos recibido abundante información sobre un patrón más amplio de detenciones arbitrarias, otros malos tratos, tortura y homicidios ilegítimos en Karachi y en otras partes de la provincia de Sind. La investigación debe cumplir las obligaciones legales internacionales contraídas por Pakistán, y romper con la cultura de impunidad prevalente por violaciones de derechos humanos. No debe dejar piedra sin remover, debe examinar cuestiones tales como la responsabilidad de la cadena de mando, y sus conclusiones deben hacerse públicas.”
Amnistía Internacional siente asimismo preocupación por la detención arbitraria y la presunta tortura de Kehar Ansari, vicepresidente del partido político Jeay Sindh Qaumi Mahaz. Después de que, el 23 de abril, se lo llevaran unos hombres vestidos de civil en Naushahro Feroze, Sind, Ansari fue puesto en libertad la noche del 3 de mayo con contusiones que indicaban una aparente tortura, al día siguiente de que las fuerzas de seguridad dispararan contra miembros de su partido durante una protesta para pedir su liberación; a causa de esos disparos, una persona murió y siete resultaron heridas.
“Todos los miembros de los Rangers u otros miembros de las fuerzas de seguridad del Estado de quienes se determine que son responsables de estas violaciones de derechos humanos deben comparecer ante la justicia en un juicio justo, sin recurso a la pena de muerte, independientemente de su rango o de cualquier otra condición”, ha manifestado Jameen Kaur.
Todos los miembros de los Rangers u otros miembros de las fuerzas de seguridad del Estado de quienes se determine que son responsables de estas violaciones de derechos humanos deben comparecer ante la justicia en un juicio justo, sin recurso a la pena de muerte, independientemente de su rango o de cualquier otra condición.
Información complementaria
Aftab Ahmad era miembro desde hace tiempo del Movimiento Muttahida Quami, y asistente de un destacado líder del partido. Unos agentes vestidos de civil lo detuvieron en su casa de Karachi el 1 de mayo de 2016 y lo entregaron a los Rangers, una fuerza paramilitar de Pakistán.
El 3 de mayo de 2016 se difundió la noticia de su muerte, junto con unas inquietantes fotografías que, al parecer, mostraban heridas consecuencia de tortura.
La admisión del general de división Bilal Akber de que Aftab Ahmad había sido torturado bajo custodia contradice directamente las alegaciones anteriores de los Rangers, que decían que había muerto de un fallo cardíaco.
Aún se está a la espera de un informe final de la autopsia. Inicialmente, una junta médica dijo que no podían realizar una autopsia a causa del “estado” del cadáver. Los miembros del Movimiento Muttahida Quami aseguran que hubo miembros de los Rangers presentes durante la autopsia, lo que, si se demuestra que es cierto, sugeriría un intento de interferir con el trabajo de la junta médica.
Amnistía Internacional tiene conocimiento de numerosas denuncias de violaciones de derechos humanos cometidas por los Rangers y otras fuerzas de seguridad del Estado contra trabajadores de partidos políticos y activistas de derechos humanos en Karachi y en otras partes de la provincia de Sind.