Maryia Kalesnikava es una activista política y líder de protestas pacíficas en Bielorrusia, conocida por su papel en el movimiento de oposición a las elecciones presidenciales de 2020. Junto a Svyatlana Tsikhanouskaya y Veranika Tsapkala, formó un trío de mujeres que impulsó protestas contra el presidente Alexander Lukashenko. Tras el exilio de sus compañeras, Maryia se convirtió en la figura más visible de la oposición. Fue secuestrada y detenida en septiembre de 2020, luego de negarse a abandonar Bielorrusia.
Las condiciones de reclusión de Maryia Kalesnikava, incluida la detención en régimen de incomunicación, el aislamiento prolongado y la negación de atención médica, son represalias por su destacado papel en las protestas pacíficas contra las autoridades. Según las normas internacionales de derechos humanos, la detención en régimen de incomunicación en la que una persona es recluida sin acceso al mundo exterior debe prohibirse totalmente. La detención en régimen de incomunicación facilita la tortura y otros malos tratos, así como las desapariciones forzadas. En función de las circunstancias, puede constituir en sí misma una forma de tortura o trato cruel, inhumano o degradante. Además, según el derecho internacional de los derechos humanos, la reclusión prolongada en régimen de aislamiento constituye tortura cuando la persona es confinada durante más de 22 horas al día sin contacto humano significativo durante un periodo superior a 15 días consecutivos.
Condenada en un juicio cerrado, ha sido sometida a detención en régimen de incomunicación, aislamiento prolongado y negación de atención médica, lo que constituye tortura según normas internacionales. Su última comunicación con su familia fue en febrero de 2023, y su estado de salud ha empeorado gravemente, pesando solo 45 kilos debido a la mala alimentación en prisión.