Quiénes somos
Amnistía Internacional es un movimiento global de personas que se unen para la promoción y defensa de los derechos humanos de todos/as los/as habitantes del mundo.
Ya son más de 7 millones de activistas en todo el mundo, quienes se toman las injusticias como algo personal y emprenden acciones para construir un mundo donde todas las personas disfruten plenamente los derechos humanos, sin que nada ni nadie se interponga en este camino.
¿Cómo lo hace?
Amnistía Internacional trabaja mediante la presión pública y la solidaridad internacional. Lo hace de diferentes formas, buscando estratégicamente cuál o cuáles son las más efectivas para conseguir los cambios que se propone.
–
Con activismo
Salimos a las calles. Recogemos firmas. Protestamos y damos a conocer las violaciones a los derechos humanos.
Con incidencia
Vigilamos y presionamos al Estado para que cumpla con el respeto y promoción de los derechos humanos para que haga efectivo los compromisos internacionales que ha firmado. Hacemos incidencia legislativa.
Con educación en derechos humanos
Realizamos actividades de capacitación en colegios, universidades, instituciones y agrupaciones de profesionales. Incorporamos elementos de educación y empoderamiento en nuestras campañas.
Investigando y difundiendo
Denunciamos violaciones a los derechos humanos donde sea que se produzcan.
–
Visión y Misión
La visión de Amnistía Internacional es la de un mundo en el que todas las personas disfrutan de todos los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otras normas internacionales de derechos humanos.
Animada por esta visión, la misión de Amnistía Internacional consiste en realizar labores de investigación y acción centradas en impedir y poner fin a los graves abusos contra todos estos derechos.
En Chile, Amnistía Internacional moviliza a personas voluntarias que contribuyen a la construcción de una cultura que valora, promueve y defiende los derechos humanos.
–
Orígenes del movimiento
–
–
“La vela no arde por nosotros, sino por todos aquellos que no conseguimos sacar de prisión, que fueron abatidos camino de prisión, que fueron torturados, secuestrados o víctimas de ‘desaparición’. Para eso es la vela.”
–
Peter Benenson
Fundador de Amnistía Internacional
–
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de personas que trabajan por un mundo en el que todas las personas disfrutan de todos los derechos humanos, y abarca casi todos los países del mundo. Fue fundada en 1961 por Peter Benenson, abogado británico que un día leyó en la prensa que unos estudiantes portugueses habían sido encarcelados por brindar a favor de la libertad en su país. Este hecho fue el catalizador que le llevó a publicar, el 28 de mayo de 1961, el artículo “Los presos olvidados”, donde emplazaba a personas de todo el mundo a actuar enviando cartas para conseguir la excarcelación de los seis reclusos a los que denominó presos de conciencia: personas encarceladas por sus convicciones políticas, religiosas u otros motivos de conciencia, sin haber recurrido a la violencia ni propugnado su uso.
Un nuevo activismo
Debido a este emplazamiento, se puso en marcha la campaña mundial “Llamamiento por la amnistía 1961” (Appeal for Amnesty 1961, en inglés). Se publicó su artículo en periódicos de todo el mundo y se logró la participación de más de un millar de personas. Quizá, sin darse cuenta, Benenson había dado forma a un tipo de activismo que daría excelentes resultados en la lucha contra la injusticia, donde la acción de muchas personas anónimas se unía en defensa de los derechos humanos de otras.
Seguido de este hecho, en julio de 1961, se celebró la primera reunión internacional a la que asistieron las delegaciones de Bélgica, Reino Unido, Francia, Alemania, Irlanda, Suiza y Estados Unidos, donde se decidió establecer un “movimiento internacional permanente en defensa de la libertad de opinión y de religión”. Al año siguiente, en una conferencia celebrada en Bélgica, se decidió fundar la organización que llamarían Amnistía Internacional.
Lo que empezó como un acto puntual, pronto se transformó en un movimiento internacional de carácter permanente. Al cabo de un año, la nueva organización ya había enviado delegaciones a cuatro países para elevar protestas en favor de nuevas víctimas y se había hecho cargo de 210 casos.
A medida que Amnistía Internacional crecía, su foco de atención se fue ampliando a víctimas de otros abusos de derechos humanos, como la tortura, las desapariciones forzadas y la pena de muerte.
En 1977, los esfuerzos del movimiento fueron recompensados con el premio Nobel de la Paz, y en 1978, la organización fue galardonada con el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En la actualidad Amnistía Internacional es miembro consultivo de las Naciones Unidas, así como de otras instancias.
–
Amnistía Internacional hoy en día
Desde “Los presos olvidados”, Amnistía Internacional ha pasado de ser una sola oficina en Londres a un movimiento global de derechos humanos de más de 7 millones de personas. También ha ampliado el ámbito de trabajo, inicialmente limitado a la situación de los presos de conciencia, los juicios justos y la pena de muerte, para incorporar trabajos por todos los derechos humanos internacionalmente reconocidos, incluyendo los derechos económicos, sociales y culturales.
Amnistía Internacional ha alcanzado innumerables éxitos, desde ver a miles de presos y presas de conciencia en libertad, conseguir la adopción de tratados internacionales y la modificación de legislaciones claves, hasta lograr que poderosos gobiernos y corporaciones rindan cuentas de las violaciones a los derechos humanos.
Sin embargo, aún persisten muchos y graves problemas, pero tenemos la convicción de que nuestro movimiento puede cambiar esta situación. Sabemos dónde están los puntos de inflexión y conocemos el poder de los/as activistas en todo el mundo.