Las autoridades rusas deben poner fin a su brutal campaña contra Otkrytaya Rossiya (Rusia Abierta), ha manifestado Amnistía Internacional hoy, tras saber que se han presentado cargos contra un activista de este movimiento de oposición por publicar mensajes de solidaridad con una compañera detenida recientemente.
Anoche se dictó acta de acusación formal contra Roman Zaitsev, en aplicación de la represiva ley rusa de “organizaciones indeseables”, por compartir artículos de Rusia Abierta sobre la activista Anastasia Shevchenko y una declaración de Amnistía en la que se pide que sea puesta en libertad. Esta mañana se ha producido además un trágico suceso para Shevchenko: su hija de 17 años ha muerto en el hospital. Las autoridades negaron a la activista el permiso para ir a verla hasta horas antes de su fallecimiento.
“La represión que ejerce el gobierno contra Rusia Abierta no sólo es absurda y brutal, sino que ha llegado además a extremos de inusitada crueldad. La persecución de Roman Zaitsev por apoyar a Anastasia Shevchenko, justo en estos momentos de profunda tragedia personal, dice mucho del cruel sistema de ‘justicia’ de Rusia”, ha señalado Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central.
“Si el simple hecho de compartir una noticia sobre un grupo de oposición es motivo de persecución, podrían estar en situación de riesgo miles de personas que han compartido, retuiteado o citado materiales de Rusia Abierta.”
La Fiscalía del Distrito Central de Volgogrado presentó anoche cargos contra Roman Zaitsev, coordinador regional de Rusia Abierta, por “llevar a cabo las actividades de una organización indeseable”.
Está siendo procesado por compartir noticias de Rusia Abierta y mensajes de solidaridad con Anastasia Shevchenko, que es presa de conciencia.
Anastasia Shevchenko fue la primera persona acusada penalmente de “participación reiterada en las actividades de una organización indeseable” cuando quedó sometida a arresto domiciliario el 23 de enero. Si es declarada culpable, podría ser condenada hasta a seis años de prisión por su activismo pacífico.
Una semana después de la detención de Shevchenko, su hija mayor, Alina, fue hospitalizada y murió a causa de una dolencia respiratoria aguda (bronquitis obstructiva). Las autoridades rechazaron al principio la solicitud presenta por Shevchenko para que se le permitiera visitar a su hija, que vivía en un internado para menores con necesidades especiales.
No fue hasta anoche, horas antes del fallecimiento de su hija, que se permitió por fin a Anastasia ir a verla.
“La brutalidad de la campaña de las autoridades rusas contra Rusia Abierta es exagerada. El Estado no sólo ha puesto a una persona inocente bajo arresto domiciliario por su activismo pacífico, sino que, en un acto de crueldad extrema, le ha negado la oportunidad de cuidar de su hija moribunda”, ha afirmado Marie Struthers.
“Anastasia debe ser puesta en libertad ya, y la despreciable campaña contra Rusia Abierta y todas las voces disidentes pacíficas de Rusia tiene que acabar.”