Gracias a la presión internacional, una niña siria de 10 años que resultó herida de gravedad por fuego de francotirador desde un puesto de control de las fuerzas gubernamentales sirias en Madaya fue evacuada con éxito anoche para ser operada de urgencia; así lo ha confirmado Amnistía Internacional.
Según la Media Luna Roja Árabe Siria, Ghina Ahmad Wadi y su madre han sido escoltadas desde la localidad sitiada hasta Damasco durante la noche. Su evacuación ha sido posible tras los llamamientos de la tía de la niña, que reside en Reino Unido, apoyados por Amnistía Internacional entre otros.
“Es un avance muy positivo, que podría ser la salvación de Ghina, una niña muy valiente que había quedado atrapada por estar en el lugar y el momento equivocados. Es indignante que la dejaran sufriendo tantos días antes de concederle este permiso vital”, ha dicho Magdalena Mughrabi-Talhami, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Amnistía Internacional tiene información sobre otros muchos civiles de Madaya que están gravemente enfermos o heridos –algunos llevan hasta dos meses así– y necesitan ya asistencia médica urgente.
Todas las partes del conflicto armado de Siria deben proteger a la población civil y garantizar que se permite la llegada de la ayuda humanitaria, incluidas provisiones médicas esenciales, a Madaya y otras zonas sitiadas con carácter prioritario. Deben permitir y facilitar en lo posible la evacuación de los civiles que quieran irse.”
El 2 de agosto, cuando iba a comprar medicamentos para su madre, Ghina Ahmad Wadi fue alcanzada en una pierna por disparos de un francotirador apostado en el puesto de control de Abdel Majed. La munición impactó en su muslo izquierdo, causándole una complicada fractura ósea y seccionándole un nervio. Su hermana de ocho años, que estaba con ella, también resultó herida.
Madaya está sitiada por las fuerzas del gobierno sirio en alianza con combatientes de Hezbolá, y la familia de Ghina pidió a las autoridades sirias que autorizaran su evacuación a un hospital de Damasco o de Líbano; la petición fue denegada durante casi dos semanas.
Un médico que trabaja en un hospital de campaña en Madaya contó a Amnistía Internacional que la niña necesitaba cirugía de urgencia que no podía practicársele en Madaya, ciudad que lleva desde julio del año pasado sometida a un duro asedio por el gobierno. A falta de cirugía, a Ghina se le administraban sedantes, morfina entre otros, que sólo conseguían calmar los terribles dolores que padecía durante 10 o 15 minutos.
“Los niños no deberían tener parte en esta terrible guerra… Sé que Ghina es sólo una entre muchos miles de niños que están viviendo cosas que no deberían, pero a ella es posible ayudarla con relativa facilidad y debemos hacer todo lo que podamos para que así sea”, contó anteriormente a Amnistía Internacional Fadah Jassan, tía de Ghina Ahmad Wadi, que reside en Reino Unido.