Amnistía Internacional valora la decisión del Tribunal Oral en lo Penal de Angol que declaró culpable como autor del homicidio de Camilo Catrillanca y del homicidio frustrado del adolescente que lo acompañaba, M.A.P.C, al ex oficial de fuerzas especiales de Carabineros, Carlos Alarcón Molina, tras haberles disparado sin justificación alguna mientras las víctimas se dirigían en un tractor a la casa de los padres de Camilo por un camino rural.
El veredicto de este emblemático caso de violencia policial brinda esperanza porque da una primera señal de romper con la tradición de impunidad que ha existido en el país respecto de las violaciones a los derechos humanos cometidas por Carabineros a lo largo de los años, en especial contra el pueblo mapuche. Amnistía Internacional espera también que exista una sanción proporcional a la gravedad de los delitos cometidos, y una debida reparación para la familia Catrillanca y M.A.P.C por los delitos de los cuales fueron víctimas por parte de los entonces oficiales de Carabineros.
Por otra parte, Amnistía Internacional valora la condena al ex oficial de fuerzas especiales de Carabineros, Raúl Ávila Morales, por el delito de apremios ilegítimos en contra del adolescente de iniciales MAPC, sin perjuicio de que espera conocer el texto de la sentencia completa (lo que ocurrirá el próximo 28 de enero) para saber por qué se desestimó la existencia de torturas en contra del adolescente.
La condena a todos los demás acusados por el delito de obstrucción a la investigación resulta importante al reconocer la existencia de múltiples personas que alteraron pruebas y relataron versiones falsas de los hechos, intentando evadir responsabilidad por lo ocurrido. Quedamos a la espera de la lectura de la sentencia para un análisis en mayor detalle.
La organización llama a la Fiscalía y a los Tribunales de Justicia a seguir por la senda de la verdad y justicia respecto de todas las víctimas de violaciones de derechos humanos cometidas por agentes del Estado, incluyendo en esto a toda la línea de mando. La violencia policial y el uso excesivo de la fuerza, si bien, se han producido de manera generalizada contra la población en Chile, especialmente con posterioridad al “estallido social”, han afectado de forma desproporcionada al pueblo mapuche por décadas.